La metáfora del armario adolescente y la arquitectura de información

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Recuperado de tumblr y escrito el 7 de mayo de 2013 en aquel viejo armario adolescente

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Mi primera reunión con un cliente (en 2007) surgió más o menos así:

- Te vas de viaje mañana. A conocer al cliente a una reunión de seguimiento que será a la vez toma de requerimientos. A ver si consigues enterarte de algo. Haz lo que puedas.

- ¿A qué cliente?

- Ese del proyecto de intranet con el que te estás familiarizando desde antes de ayer

-Ah

Y fui. Nadie me dijo que el cliente estaba enfadado. Que el cliente era una mesa con 20 personas de diversos departamentos y niveles de la organización. Que llevaban meses intentando definir el árbol de contenidos.

Pasó lo que pasó, que es lo que pasa siempre.

Cada uno de los presentes expresó la necesidad imperiosa e inamovible de que lo suyo estuviese en el inicio de la web por ser muy necesario tenerlo “a mano”.

Ni la jefa de proyecto, ni el consultor de desarrollo de negocio (que también era un sustituto del titular) decían nada. Yo lo intentaba sin conseguir pasar del “peroooo...” “peroooo...”

Hasta que las guerras intestinas pidieron tregua y tuve mi oportunidad.

“Pero vamos a ver, es que ahora mismo vuestra Intranet es un armario adolescente. Toda la ropa encima de la cama.

Lo tenéis todo en el inicio y no hay forma humana de que nadie encuentre nada. Estáis haciendo un armario nuevo, enorme, con altillos y zapatero y cientos de cajones y cuelga corbatas y todos los accesorios del mundo. Mientras planeamos el armario, cuando os sugerimos: en la primera balda podríais poner los vaqueros respondéis: no, eso encima de la cama.

Vale, entonces las camisetas. No, eso tampoco, eso va encima de la cama.

Y yo sólo veo el armario nuevo vacío y la cama igual de llena que hasta ahora.

Creo que se tarda menos en abrir la puerta del armario y un cajón que en revolver entre la montaña de ropa encima de la cama. Por muy a la vista que esté.”

Entonces empezaron a entender. A escucharnos.

Ese es el mejor ejemplo que se me ocurre para explicar por qué es importante la Arquitectura de Información. Ese es el mejor ejemplo que se me ocurre para explicar por qué cuatro clics no son un drama si tienen sentido.

Desde aquella primera reunión no hay ni un solo proyecto en que este ejemplo no venga a cuento.

Ni uno solo.