Malandra
Tienes corazón más que de sobra, superviviente morena a tantas cosas negros rizos, miradas misteriosas creativa en standby sin zozobra.
Tienes corazón más que de sobra, superviviente morena a tantas cosas negros rizos, miradas misteriosas creativa en standby sin zozobra.
Entre cuero, kinkies y cadenas, y carreras locas por el monte, escondido allí en el horizonte apocalíptico aguarda, ya no afota, te va dar duro (y sí, te quiere).
Es nuestra Rowling, del Atleti, y además trabaja en los aromas, solo hay que perdonarle el tema de lo indie, a cambio de que pague unas tortitas.
Certero analista, tatuado, con la capucha asusta en Cercanías, si gira el anillo se pasa a CMYK.
Torero anfibio, siempre al quite de mastodontes despistados, ayudarías al escorpión incluso, aún previendo el aguijón que siempre llega.
En tu avatar gusano se podría dar juntos un paseo, charlar de espadas, Dantes gugolplexes y cualquier asunto interesante que solo a nosotros preocupe.
Nuestro hombre en el Norte. Buena gente, aunque prefiera estar lejos del amor y de las pelis.
Compañera de huida del Eugenio, Bonnie and Clyde por un día, albañiles mutantes, códigos de Comercio y cuando puedas, foto de esa cortina misteriosa.
Eufrasia en sudadera, color malva, enmarañado pelo donde moran tantos sueños que al kiwi no le queda más que echar a volar en cuanto pueda.
Pogodanzante con limón, las cervicales, colacao con jiujitsu y por las noches, sereno, con emojis mirando a las mascotas, mientras Anna no llega de Siberia.