Mentes viejas
La mente vieja es una mente rígida sin flexibilidad, la mente joven es la mente flexible, altruista, abierta, que escucha, es revolucionaria, rompe el status quo.
La mente joven es abierta y fundamentalmente no conoce el miedo. Las estructuras vetustas, jerárquicas , verticales de los clubes, son de otra época. Y están hechas justamente por el ser humano para satisfacer nuestro ego y la necesidad de tener poder sobre los demás. Eso nos complace, nos gusta. Nos gustan los títulos, que nos digan “Director”, “Presidente”, nos infla el ego.
Pero el escalador es otra cosa. El escalador es inherentemente un revolucionario, un irreverente, alguien que viendo la puerta abierta, se mete por la ventana. Entiendo que es ser escalador porque viví con ellos, me mezcle con ellos, entendí su cultura y compartí sueños. El escalador no tiene dinero, no tiene medios, solo los sueños y se la rebusca como puede. Escala con lo que tiene, se rodea de otros soñadores, vive en una comunidad horizontal y te abre el corazón, te invita a bañarte a la casa de los viejos cuando bajas de la montaña y te da de comer. Uno con los años y en estructuras jerárquicas como clubes de montaña se aburguesa . Te vas olvidando que fuiste escalador, ya tenés mas dinero en el bolsillo, te metes en un club, en ese club la gente te adula, te aprecia, te escucha, te aplaude, te respeta por lo que una vez hiciste y uno va creando una imagen falsa de uno mismo.
Uno empieza a confundir lo que es, con lo que hace. o con lo que fue, o con lo que hizo.
Pasamos a creer que somos “alguien”, empezamos a creer que merecemos algo como el respeto, y nos olvidamos de nuestra esencia de escaladores, con los años, nos volvemos inevitablemente viejos de cuerpo y de mente, rígidos y de mente estrecha, perdemos la frescura, la flexibilidad, la tolerancia, el cariño, la irreverencia, la despreocupación, nos cerramos, fruncimos el ceño y nos realimentamos con otros. Nos olvidamos que alguna vez fuimos irreverentes, frescos y despreocupados, y que vivíamos puteando la ley impuesta por alguien, las estructuras, el sistema, el status quo, a los gendarmes, a los de parques, los alambrados y el cartel de no pasar, y el de prohibido escalar. y nos volvimos con el tiempo lo mismo que un día puteábamos. Hoy nos putean los escaladores.