Dialogo casi imaginario entre dos matemáticos II

(en la plaza de san Jacinto)

G. Oye, pero somos matemáticos.

C. Pues sí. Pero sobre todo somos humanos. Imagínate que te encuentras a Euclides caminando por la merced. No va a estar midiendo los ángulos de los pechos de las señoritas. Estará buscando a la que le parezca más simpática o, en todo caso, la ruta más corta a la salida, dependiendo de su nivel de libido. En la calle no sería tan diferente a ese señor que sale de la pulquería.

G. Eso te lo puedo creer de Euclides pero no, por ejemplo, de Arquímedes.

C. Bueno, esas ya son palabras mayores. Ese sí estaba bien orate, como dijera el clásico.