PELIGRO AL VOLANTE

Alguna vez os había comentado que mi monitor de prácticas del carné de conducir cambió de profesión tras aprobar yo?

Partimos del hecho de que no había conducido nunca. Así que el primer día de prácticas entré en el coche y me pregunta si había conducido antes. -No -Ya! Seguro. -No te da miedo ir en coche con gente que nunca ha conducido? Se estira p'arriba y me dice todo confiado: -Tengo pedales y espejos. Y sé conducir. – Si tú lo dices.....

Ahí ya tentó demasiado a la suerte....y claro, no se puede escupir p'arriba.. No quería sacarme el carné. Me daba miedo la carretera y no me fío de los demás conductores. Las carreteras estrechas (comarcales) no me gustan un pimiento. Primera clase. Me hace subir a un pueblo de aquí al lado. Comarcal, estrecha, y con curvas. -Adolfo. No me gusta esta carretera – Vas a ir por ella hasta que te la sepas cómo el pasillo de casa – Vas a tener suerte... No hay día que lo me la de en el pasillo....

Nuevamente frase profética

Subir muy bien, (más o menos, pa ser el primer día...) Ahora bajar... Ese día casi me como un quitamiedos en una curva. No de estrellarme contra él, si no que si tuviera el suficiente ancho, hubiese podido subirme a él como hacen con los patinetes. Se tiró a coger el volante, y no pasó nada. Al día siguiente, misma carretera. Cabe destacar, que desde el pueblo al que íbamos, si miramos hacia abajo, se ve el pueblo desde el que partíamos.

Pues en una sucesión de curvas, me mareé (sí me mareo conduciendo, no es imposible) y casi bajamos en línea recta, campo (o más bien precipicio) a través.

Al menos sirvió para que le quedará claro que esas carreteras no son lo mío. Al día siguiente a Gijón por lo viejo, cruzar Gijón y de nuevo a mi pueblo. Buenos no estuvo tan mal. Aunque la ida, tiene demasiadas curvas, es muy estrecha la carretera y hay precipicios al lado...

Siguiente clase. Ya estaba supuestamente preparada para la autovía. Así que dirección a Oviedo. Eso sí que fue un show. Carril de aceleración, yo suave. Pero Adolfo pisa su aceredador....me eché para atrasy cerré los ojos. No fue lo peor. Nos cruzamos con un camión, y... subí los pies al asiento y me tapé los ojos con el cinturón de seguridad... Adolfo flipaba.

Pero poco a poco fui cogiendo confianza. Y eso no mejoró las cosas.

Me confié en que llevaba un tío al lado que sabía conducir y tenía pedales y espejos. Así que en la autovía y las rotondas aplicaba la ley de “maricón el último!”. Pisaba a fondo y que mirara él y frenará si lo veía conveniente. (No debí confiar tanto en él). Mi conducción era muy brusca. Mis adelantamientos en autovía no eran “progresivos” yo trazaba ángulos de 90°. Lo que lo llevó a empezar a llamarme Fernando Alonso

Ahora viene la parte divertida. En medio de Oviedo. Carril enorme y recto. A 50. En 3°. Llevábamos una chica que también estaba de prácticas. -Gira a la derecha El giro que me pedí trazaba un ángulo agudo. Intermitente, y giro. Sin reducir. Coche a dos ruedas.El monitor y la otra chica rodando por el coche pese al cinturón. No me dice nada.Regresamos a la misma calle de antes.Vuelve a mandarme hacer el mismo giro. Repito la misma maniobra. Ahí sí que me gritó que debía reducir. -Haberlo dicho!

Me hizo repetir y ya lo hice bien y despacito (era más divertido de la otra forma. Al día siguiente vamos en el coche con la chica de ese día y otra. Otra vez la calle esa. Nuevamente: -Gira a la derecha Por suerte la chica del otro día le dijo a la nueva: -Agarrate! Ahí me acordé y lo hice suave. Bueno, poco a poco vamos mejorando.

Un día, en medio de la práctica, llama su mujer. Embarazadísima. Que cree que está de parto. Así que allá fuimos a buscarla con el coche de la autoescuela.

Se sube su mujer al coche y digo: -Qué Adolfo?! Sacas el pañuelo por la ventanilla y piso a fondo?? -😨Noooo no. Tú, vete despacito que no hay prisa.

Y allá que nos fuimos con el coche de la autoescuela a urgencias del HUCA (Hospital Universitario Central de Asturias)

Al final fue una falsa alarma y no estaba de parto aún.

Adolfo era de la creencia de que si la pifiabas y te gritaba, te acordarías mejor de las cosas. Pero a mí me ponía nerviosa. Lo que propició que casi no lo contemos y que me retirara la palabra.

La culpa fue de un stop tras un paso de cebra. Empezó a gritarme las clases de stop que había y sus diferencias. Y una y otra vez, a gritos. Yo solo oía “rucu-rucu rucu-rucu” empecé a ponerme nerviosa...me incorporé a un carril, un TUA (autobús urbano) se incorporó antes que yo..

Adolfo gritándome. El semáforo se pone rojo. El TUA me lo tapa. El TUA frena. Adolfo sigue gritando los stop. Me pongo nerviosa. Me equivoco de pedal.... Acelero a fondo. El TUA cada vez más cerca.Ya no le veo la matrícula. Acierto a clavar el freno. Por suerte solía frenar en seco,y esa vez pisé más fuerte aún. Nos quedamos que malamente cogía un folio entre el TUA y yo. Adolfo no grita. Giro lentamente la cabeza hacia él. Está pálido,pegado a la puerta,con los pies encogidos sobre el asiento la cara desencajada. Le miro... – Uppsss (cara de niño cuando sabe que la ha liado gorda -Q qu q que s s ss sse sea l ll lll la u u ul ult última vez. Que haces esto!! – Pues no haberme gritado!! Que me pones nerviosa! -🤐 Mucho pedal, mucho, espejo, mucho saber conducir, pero acojonó

Estuvo una semana enterita sin dirigirme la palabra. Vamos que conducía por dónde me apetecía mientras él leía el periódico. (Mal tomado 😒)

Al poco toca exámen. Os había dicho que frenaba muy bruscamente, no? Examinadora. Herminia. Mala fama. Adolfo nos informa. -Le gusta la conducción suave y no le gustan los frenazos bruscos (esto último mirándome a mi)

Creo que la compró para que me aprobara y no volver a subirse en el coche conmigo... En mi exámen, llegamos a una rotonda, y cuando iba a entrar, entró otro todo follao y tuve que clavar el freno. -uppssss Miré por el espejo. Herminia se recolocó el moño y seguimos. Aprobé 😊

Me salté la parte del primer examen. Todo bien hasta un ceda. No viene nadie, me pongo a salir y el coche no tiraba (a saber lo que estaba haciendo) en medio del cruce veo venir un coche blanco acercarsw. Me quedé mirándolo y si Adolfo no se tira a por el volante, me como la farola, con su papelera y la señora paseando al perrito. Sólo me salió decirle: “Qué haces??!” Su cara creo que no hace falta que os la describa, no?

Tengo la ligera sospecha de que el examinador de ese día también habló con Herminia para que me aprobara, no fuera que tuviera que volver a subirse en el coche conmigo 😂

Días después de tener mi carné, estando un día conduciendo, en una curva muy pronunciada, me encontré el coche de la autoescuela y a Adolfo de copiloto. Solté una mano del volante para saludarle y...el coche se me fue a la izquierda 😅 No pasó nada. Pero creo que ahí se reafirmó en su decisión de cambiar de profesión.