La Memoria del Escorpión

meestoyquitandodealgo

Día 42

Esto es una turra de cotidianidad. No esperes grandes elucubraciones.

Parte I: Lo del curro

Hoy he tenido 2 eventos que marcar con boli bic negro en la agenda (oh dioses, hoy no he apuntado nada realmente en la agenda todavía)

He tenido que ir al salpica-más a otra reunión con ¿futuro ex-jefe?

Aquí el término jefe es raro. Porque habré hablado con él 3 veces en más de dos años. Y estoy completamente seguro que antes de tener este encuentro conmigo ha tenido que revisar con alguien una ficha con referencias para ver quien narices soy. Nada humano en contra suya. No creo que nadie en su puesto, por más humanidad que tuviera (a no ser que tuviera un cerebro privilegiado) pudiera saberse los contextos, nombres, caras y vidas de todos los que están “a su cargo”. El problema no es “él”. El problema es su cargo. (bueno, demasiadas cosas son un problema aquí. Pero me apetecía hacer esa apreciación)

Por un lado “bien”. Había respeto, al menos sobre el papel, y cierto intento de “empatía”. Pero eso también es porque me conformo con que no haya conflicto y no tener que performar demasiado. A partir de ahí en realidad puedo escuchar cosas que me resultan abominables y me da igual. Me puede hasta enternecer el intento. Porque se que viene desde una “buena intención” aunque sea desde unas coordenadas obscenamente ofensivas para mi. Al fin y al cabo yo lo que quiero es salir de allí lo antes posible, sin que me queme demasiada energía, sin que me pongan en aprietos, y que al final se atisbe como posible la salida que quiero. Si el pago es esa reunión de 40 minutos, pues que así sea. (y siendo honestos, es un día que me están pagando. Así que puedo asumir que me paguen 8.5 horas de curro por el paseo de ida y vuelta y esa reunión de 40 minutos)

¿De qué ha ido?

Se me ha intentado “vender” esa comprensión sobre mi situación (petar por burnout y acabar de baja) a través de su espejo:

La historia de él “casi” petando. En un contexto “similar”. El no pidió la baja y pudo aguantar (aclara de vez en cuando que eso es personal y cada punto es distinto y tal y cual. Pero vamos, que lo que se sabe es el discurso y que zonas pueden ser conflictivas).

A partir de ese petar, y una situación que además objetivamente es más “hardcore” que la mía (genial, eso seguro que le hace sentirse mejor, guiño guiño), entonces vino el súper aprendizaje. Desde ese momento, por supuesto todo hacia arriba en vertical. Que pudo apoyarse en “mentores” que le ayudaron (momento: en verdad siento que hemos fallado contigo) (Esto parece una rueda de prensa de un partido político: Los mecanismos han fallado).

Después de la catarsis y el aprendizaje viene su mundo ideal actual (la aspiración que supuestamente tiene que quedárseme como referencia). Que ahora tiene muchísimas más responsabilidades pero puede gestionarlas y disfruta. Que es feliz. Que le encantan “los marrones”. Pero que sabe cuando tiene que dejar de pisar el acelerador y “vivir”. Que si que el trabajo es trabajo y luego está la vida. Pero que es importante disfrutar con el trabajo.

¿Enseñanzas que se pretenden? Que es importante ir a tu ritmo. Que la cabeza es “muy jodida”. Si hay que parar se para. Pero para volver a la carga. Siempre hacia arriba. El trabajo es para “amarlo”

Nada nuevo bajo el sol. La ideología del tirapalantismo. Del voluntarismo de “querer es poder”. Y de querer hacer de ti el mejor producto servicio posible. De “hackear” tu mente para que el sistema vaya a tope contigo. Del matrix inverso. De rascar, sacar, extraer e inventar lo mejor posible de tu situación. De fabricar aspiraciones como si todes cupieran en ellas. Este análisis economicista de la personalidad que pretende hacer constantemente un DAFO de ti misme. ¿Pararse? ¡Solo a coger carrerilla! Pensar es para vagues.

Es una pena porque si pienso en “hackear”, a mi me mueve más la idea de “hackear” el sistema para que vaya más a tope con nosotres. Y aunque esta decisión (tengo mis peleas internas en que a veces soy más fan del determinismo ambientogenético (toma palabro) de lo que me gustaría reconocer, pero como con todo, no es a tope, y siempre con contradicciones) me acarrea muchísimos más problemas e infelicidad, también es la que me permite sentir que yo, soy yo. (O quizá no puedo tomar otra decisión. O quizá no valgo para otra decisión, y es ventajista presentarlo como una elección. Sea como fuere, aquí estamos. No me gustan las determinaciones absolutistas. Pero tiene pinta de que en esta colina me voy a quedar hasta el final. Ya veremos con que consecuencias).

En cuanto a los efectos prácticos. El departamento de numerología sigue haciendo sus rituales para ver “que pueden hacer”. Es cierto que de manera psicológica preferiría cerrar el capítulo. Pero es verdad que mientras tanto me están pagando así que..

Parte II: ¿Saliendo de la zona de confort?

Obviamente odio a muerte esta expresión. Creo que ya he hablado de ella alguna vez. Pero hay parte de su esencia que si procuro rescatar:

Si es dentro de tus márgenes realistas, tratando de buscar apoyo (aunque sea moral), y siempre que hablemos de bien hacer algo que en realidad si desearías hacer, pero hay serias dificultades, o bien hablemos de “probar” algo nuevo cuando tu repertorio habitual se siente agobiante o te está trayendo malestar (o simplemente no te produce bienestar) creo que es algo que esta bastante bien. Si es un imperativo moral de los otres o del afuera entonces mierda. El problema es que como lo meten por los ojos a veces es difícil diferenciar, y la reactancia puede extenderse incluso al deseo normal de intentar probar algo que se hace bastante cuesta arriba pero sientes que te podrían apetecer sus consecuencias.

En este caso, y gracias a Sara, conseguí enterarme de la presentación de un libro * se va a Mastodon a mirar como se llamaba el libro * (“A volantazos: Sexualidad femenina en las series”)

Llevaba varias semanas pensando en intentar ir a alguna actividad cultural de este tipo. Al fin y al cabo una “charla” o “presentación” es algo a lo que puedes ir sin obligatoriedad de interacción. Las normas son sencillas. Tu vas y escuchas y si te sientes con una seguridad aplastante para decir o hacer “más que una pregunta, una reflexión equisdé” pues la haces si el rollo es así más de interrumpir (suerte para encontrar el momento adecuado), o te la guardas para el momento de “preguntas”. Con el tema que era yo tampoco es que tuviera intención de meter mucha baza la verdad (tampoco es que la haya metido casi nunca en este tipo de eventos).

En cuanto al interés concreto del tema, más allá del deseo de probar a salir de casa para algo que no fuera un paseo indefinido, obligaciones, o pequeñas quedadas con amigues concretos, en general me interesan las relaciones y todo pensamiento acerca de ellas. El problema del enfoque es que yo estoy 0 puesto en “series contemporáneas”. Tuve mi época de ver series pero era más en otra época. Yo nunca tuve netflix. Veía series cuando lo normal era piratear en páginas tipo series.ly xD. Así que estoy muy fuera. Pero bueno, me apetecía probar!

Vivo en una ciudad relativamente pequeña, y tampoco me pillaba muy lejos. Era en una cafetería / libreria que si que conocía. Como tampoco quería comprometerme conmigo mismo, el plan era: Voy, me asomo y veo el ambiente. Si no hay ni Peter me voy porque eso es una experiencia demasiado directa xD. Y si está ultra petado también me piro. En definitiva estaba sujeto a “oler” el percal y decidir in situ.

Voy a tratar de describir esto sin trasladar demasiada ansiedad. Pero de alguna manera si me apetece intentar describir, ahora que lo tengo fresco, este tipo de experiencias. Porque uno las vive, y luego las borra, y en realidad son muy importantes para poder entenderse, y poder explicarle a otras personas como sientes, y que no se ridiculice o reduzca a tropos de “vergüenza común”.

Llego. Son las 19.32. Llego relativamente puntual. Digo llego pero por supuesto no entro. No parece que haya empezado. Oteo desde fuera (cristales transparentes y completa visión). No conozco a nadie creo (bien) (las pocas personas que serían una alianza en esta situación me consta que no van a estar xD). Vale... .... ...... ........ ¿Qué hago? Estoy dando vueltas y parece que estoy aquí rondando como un “?” Parece que todos los sitios están ocupados. Hay más sillas pero tampoco es un lugar súper espacioso. Si hubiera empezado, no me importaría entrar y estar de pie. Alguna vez he estado en una cosa similar y ha sido el “modus operandi”. Pero sin empezar no voy a entrar ahí a quedarme de pie como un pasmarote. Sale una persona que parece de la cafetería como tal de vez en cuando. Podría... ¿preguntar? Si a ver, supongo que se lo que tendría que decir. Incluso sabría poner cara y tono de persona un poco perdida (bueno, lo estoy, pero además parecerlo genera más “amigabilidad”). Mierda está entrando otra vez...

Venga dale

  • Eh... perdona... ¿Es aquí ahora la... charla no?
  • Si
  • Mmm vale... y bueno, es entrar sin más no?
  • Si. Entras, escuchas y ya está

Me resulta borde pero porque estoy inseguro. En todo este proceso por supuesto hay 2 voces. Está la voz de la razón que me ha llevado a hacer esa pregunta para intentar alcanzar algo de seguridad en un proceder que en el fondo ya “sabía”, y luego está la voz chunga de mierda interiorizada del látigo. La que dice cosas tipo:

“Álex hijo mío, tienes 37 putos años. Es que no sabes desenvolverte en una puta situación normal? Es que necesitas preguntar esto como un bebé? Que puta vergüenza de ser”

(disclaimer: Yo no estoy de acuerdo con esa “voz” ni con el lenguaje que utiliza, ni pienso eso de personas que pasen por situaciones parecidas de una forma parecida, pero endulzarla es hacerme trampas al solitario. Tengo que convivir con ella tal cual se presenta. Afortunadamente está bastante controlada. Y a veces su poder se limita a... hacerme más cansada la vida para que esté a ralla)

Vale, ya estoy dentro. Y además es que he preguntado. Ya no tengo otra opción, me tengo que quedar (si, no preguntéis, se que no tiene sentido. Pero en este punto para mi ya sería inconcebible irme).

¿Pido algo? Supongo que sería lo suyo, aunque no sepa donde ponerme. Me pongo “a la cola”. Estoy normal. aunque algún movimiento hago de cambios de posición. Creo que no son “raros” pero quieto, quieto, no se estar. Mierda he medio pisado ligeramente a alguien que está a mi lado aaa. No pasa nada. Con decir “uy perdón!” de manera amable y medio sonreír lo tienes. Se está acumulando mucha gente que viene a dejar cosas a la barra o a pedir, y yo ya no se como ponerme. Estoy normal. Pero estoy tenso xD. Es mi normalidad así que no es para tanto. Pero entiendo que no es la normalidad de mucha gente xD. Calor. Sudor. Estoy muy abrigado pero ahora no puedo maniobrar tranquilamente para quitarme nada. Me tengo que aguantar.

¿Y qué leches quiero? Llevo repitiendo en el fondo como un mantra en mi cabeza mientras pasan otros pensamientos: ¿Zumos que tenéis? (bucle) Pero no veo nada al respecto, y no me gusta tener que reaccionar a las opciones que me den sin saberlas de antemano sin tener un plan B. No quiero cafés, no me gustan las infusiones...... No quiero tomar alcohol... Bueno, hay cerveza 0.0 tostada. Es una opción. La veo, y es segura. Ya está. Decidido. (esto lo sigo teniendo que mantener en mi mente mientras pienso otras cosas random pero con mucha menos intensidad que la incertidumbre de los zumos).

Joder. que hambre gula también. Estos tortos de traza tienen buena pinta. Pero... ¿Cómo vas a pedir algo de comer? Si no sabes ni se te vas a poder sentar? Menudo espectáculo vas a montar y lo vas a tirar todo. Pide solo la tostada sin alcohol (este debate interno se extiende bastante más de lo que aquí pudiera parecer xD). Por fin “me toca”. Creo que se me han colado pero me da igual. Me atiende la misma persona con la que hablé fuera (al resto les había atendido un señor). Pido la cerveza. Según la pone, le cambio un poco el gesto a algo amable/comprensivo y me dice que ese “señor” que está ahí sentado, no le importa si se sienta alguien con él en esa mesa. Aparecen dos sensaciones en mi. Suspiro aliviado con ese cambio de gesto que me reconforta: -Genial muchas gracias (sonríe Alex). Por otro lado, sentarme con él significa hablar? Espero que no. Forzarme a “hablar del tiempo” me da dolor de estómago. Según voy para allá me doy cuenta de que si conozco a alguien. Aaaa. Bueno, es casi más conocides de ambiente. Sin contacto visual no hay necesidad de nada. Puede que a la otra persona tampoco le haga especial ilusión una conversación del tiempo. Antes de sentarme le pregunto al “señor” si le importa que me siente ahí en esa mesa. Parece que no hay problema y coge el móvil. Perfecto. No necesito más indirectas para estar agusto. Cojo yo también el móvil (?) (Para qué Alex, si no tienes nada que mirar?). A ver si empieza ya la movida esta. Me han puesto un cuenquito de frutos secos y un par de gominolas. Esa va a ser mi “regulación” xD. Ahora me acuerdo del torto de traza :( . Pero ir ahora a por él sabiendo que esto empieza en breve y ya estoy “aposentado” no es una opción. Calor. Joder ahora si que puedes quitarte el abrigo. Aprovecha antes de que empiece y montes espectáculo...

Por fin empieza, y a partir de aquí, la cosa es bastante fácil. Ya solo es cuestión de escuchar. Como también salen temas más “transversales” de alguna cosa me sale ramalazo de “intervenir” (la disposición de la charla es esa, la gente va interrumpiendo constantemente) pero estoy todavía bastante lejos de que el impulso se materialice. Además, lo siento “impropio”. El señor con el que comparto mesa (no hay muchos “señores”) parece amigo/conocido de la que presenta. Da charlas en institutos y cuenta su experiencia. El tema del auge del machismo, los nuevos discursos reaccionarios... Tampoco oigo nada que no haya oído ya, pero bueno, hay ciertos temas que se les está dando tantas vueltas que a poco que los hayas “mirado” pues se repiten ideas y conclusiones. Con lo de las charlas en institutos me vienen recuerdos de Vietnam de mis primeras prácticas de TS que era precisamente haciendo eso. Primero de “ayudante” y luego también acabé dando 2 o 3. Experiencia terrible. 0 estrellas. Y ni siquiera me tocaron clases demasiado horribles. Pero en fin. Yo. Dar charlas 😂. Y eso que, desde la silla de alumno, una vez cogía cierta confianza y el tema me interesaba (y a partir de la carrera principalmente, en el instituto diría que no) era de los que participaba mucho. Y daba mucha guerra cuestionando casi todo. No tuve discusiones con la de psicología grupal ni nada xD. Pero claro, el rol es infinitamente distinto.

Quizá podría comentar alguna cosa más de la charla. La tesis principal es que aunque haya pasado el tiempo, y “estéticamente” hayan cambiado la manera de representar ciertas cosas, al final en las series siguen perpetuándose los mismos mitos y la misma mirada machista, patriarcal y heterosexual. Y el deseo sigue construyéndose con esa mirada masculina.

A lo largo de las intervenciones salen temas aledaños: Representación de lo sáfico, y de lo bisexual. Tanto en el drama inherente a los personajes que se construyen como en la representación del sexo. El tema Red pill y nuevos machismos reaccionarios con “la juventud”. Si existen series que merezca la pena ver y sean “impolutas” (no creo que ese sea el grial que haya que buscar, y así también se defendió allí), como es súper difícil escapar de la mirada masculina y “maneras” de intentarlo. Al ser una presentación de un libro pues tampoco se puede profundizar mucho (cada vez que se tocaba algún tema más en profundidad se acababa cambiando a otra cosa “rápido” pero bueno, es el formato), pero bueno, ha estado entretenido, y que además que no quiero situarme en la posición de “crítico”. Solo era por contar un poco de que ha ido. Que sino parece que he ido por estar xD. Uno tiene “opiniones”. Pero no era el objetivo disertar de ello aquí. Eso si, una cosa me ha “picado” por dentro, pero bueno, lo asumo y me jodo (aunque este es mi blog, así que lo digo xD) (chascarrillo al aire: “bueno, yo me conformo con que no vivan con su madre jajaj” 🥲) (que a ver. Yo no estoy interesado en estar en ese “mercado” relacional, y además entiendo por qué se dice y cual es el imaginario. Pero pica porque estoy exactamente en esa situación, aunque no sienta ser el target de ese chascarrillo). Pero ya está. Me saco la espinita y sin problema. A nadie creo que le vaya a doler que me la quite.

En fin que me disperso y no quiero que esto dure 5000 palabras. El caso es que al final la experiencia supongo que ha merecido la pena. No me ha volado la cabeza. Ha supuesto cierta tensión, inherente a mi y a este tipo de “actividades”, pero por otro lado, cierto cambio estimular, y ver personas de carne y hueso, hablando de temas de interés, aunque tampoco se diga nada súper revolucionario (y otras muchas cosas ni te enteres porque hablan de series que no conoces), pues es supongo, un balance positivo. Además, mientras duró la charla hubo un tormentón que me hubiera comido si solo hubiera dado el paseo xD.

Bueno, nueva turra de cotidianidad donde no cuento absolutamente nada interesante ni revelador. Voy a rellenar por fin la agenda, y la verdad es que paso de revisar este texto. Seguro que cambiaría muchas cosas pero son las 3 de la mañana y quiero leer un rato antes de dormirme. Que mañana supuestamente madrugo, aunque sea para encender el dichoso PC del curro.

#meEstoyQuitandoDeAlgo #personal

Día 36

Hoy tocaba ir a la oficina después de pila de tiempo sin ir. Dejarme por el camino los 2 cigarros que solían caer ha dolido bastante. Aparte de haber dormido una mierda, como es habitual en estos casos de “día importante a la vista”.

Pero bueno, se alinearon astros y una amigui también tuvo una movida / decisión complicada de trabajo, y pude “distraerme” de camino intentando analizar la situación para intentar ayudarla. De primeras me agobié más pero bueno, conseguí quitarme de encima mi movida, que realmente no tenía más solución que un “la suerte está echada”.

Aunque es verdad que cuando llegué a la puerta de la oficina sin apenas tener guion los nervios rozaron el sentimiento de irrealidad 🫠. Por suerte la reunión se trasladó a una cafetería de al lado porque los pocos minutos que sentí la oficina os juro que me dieron escalofríos. No sabía donde meterme (y eso que por lo general podía teletrabajar. Pero lo que representaba se me clavaba dentro)

Pero bueno, fue razonablemente bien, al menos a nivel personal. A nivel técnico hay incógnitas todavía. El objetivo es salir de allí con algo más que una mano delante y otra detrás, aunque no sea a su cuenta, y sea con “paguita”.

El tema es que en estas empresas IT tipo consultora, suele pasar una cosa curiosa (no se en que más tipos de empresas pasa). Tienen dividido el departamento de “RRHH” “de toda la vida” y el departamento de “People” (o cualquier anglicismo rimbombante).

Ese departamento, en definitiva es como la parte “social” de RRHH. La parte más de tratar con “personas”, organizar eventos, cultura de empresa... (la sectita). Tienen “poder”. Pero es más el poder de “Vigilar” sin el “Castigar”.

De alguna manera es como poner una separación entre 2 mundos que aíslen la disonancia cognitiva. El alma de la empresa sería “People”. En el trato del tú a tú va a haber humanidad, cercanía (no tengo ningún motivo para no creerme a la persona con la que he hablado). Pero después la gestión “fría” pasa a otro departamento. Ese departamento ya no es el alma. Es... la realidad no deseada. Si vienen malas noticias de allí, sería como si vienen malas noticias de un oráculo lejano. Algo incontrolable, superior a las voluntades humanas. Los números han hablado y nos apena comunicar que...

“Steven! me gusta mucho como juegas, por eso me cuesta más excluirte!”.

Mi caso es un poco contrario a ese ejemplo, pero siempre que puedo tengo la necesidad de meter algo de los simpsons 🙃

Esto, y otras cosas, facilita poder crear esa “sensación” de gran familia (secta) que quieren intentar inculcar este tipo de empresas para que quieras pertenecer a nivel emocional. Creo que separar al vigilante del castigador, y tratar de convertir al vigilante en tu amigue es una estrategia más dentro de otras tantas, pero bueno, hoy al tener esta charla, es la que se me ha venido a la cabeza con más pertinencia.

Por supuesto, en ningún momento de mi estancia allí he tenido ningún deseo de pertenecer a ese artefacto.

Más allá de la conciencia e ideas que uno pueda tener, además lo hacían todo de tal manera que lo normal es que a uno le dieran ganas de quemarlo todo cuando tenía que asistir a ciertos eventos “”““voluntarios”“”. La completa irrealidad en la que vivían los CI I OUS, carguitos, y otres aspirantes a heredar la empresa. Siempre rodeados de gente que les diera bola, o “rebeldes” controlados. Eso si que era una cámara de eco chunga. Y de las que encima te tienes que fumar tú con ganas de arrancarte los ojos.

Eso no quiere decir que uno pueda considerarse inmune a lo que significa la estancia, la continuidad y la necesidad de supervivencia (mantener el puesto de trabajo y la cordura) en un sitio de este tipo. Por más que se tengan claras las convicciones, hay cosas que te van penetrando.

Voy a intentar hilar esto con la charla que he mantenido hoy.

Aparte de contar mi película y que se me ofrecieran opciones, también se me “echaron flores” a nivel laboral. Y aunque se que es algo con buena intención, pues dadas las circunstancias uno se siente bastante regu con ello. Voy a obviar mi incapacidad para saber responder a la mayoría de “halagos” para intentar ir a algo más estructural:

Es un hecho, que en multitud de sitios, el esfuerzo por intentar hacer las cosas bien (no hablo de pelotear, sino de una motivación intrínseca que te nace por intentar acabar algo y poder darle tu “seal of approval”), la recompensa es... ¿más trabajo? (leído con voz de campesino del WC3)

IT, en empresas comerciales, a nivel “ideología” es completamente asqueroso y vomitivo: Individualismo, trepaje, culturas del esfuerzo, clasismo, etc. Y a nivel “presión” de trabajo, es una lotería que depende del proyecto.

Así que ese ¿más trabajo? a veces era cambiarte de:

a) Un proyecto donde podías estar bastante privilegiadamente: Teletrabajando, y fumándote en ve'z en cuando horas jugando al PC, echando siestas controladas, o adelantando tareas de casa. Todo a cambio de tener que estar simplemente atento mientras hacías esa “dejación de funciones” o de tener que meterte eventuales atracones por movidas que surgieran (lo de la “flexibilidad” vamos)

hacia

b) Otro donde se te quiten las ganas de existir por la exigencia no solo de tiempo, sino de cerebro; de mierdas constantes a la vez, multitasking, miles de reuniones, y acabar todos los días con el cerebro absolutamente frito. Y ni soñar con eso de “fumarte horas”. Como mucho y a duras penas tratar de recuperar las que te has tenido que comer el día anterior, y por supuesto bajo tu cuenta y riesgo.

Y ese cambio, por supuesto, vendido dentro de la épica del “ascenso”. De subir de liga, de categoría. De obtener una “oportunidad” de aprender y “crecer” (ganas de vomitar al límite). El tema es que no es algo que digas: Oh me han engañado. A mi no me engañaron. Me toco porque estaba en sus “listas”. Por ser tan pringado como para haber hecho las cosas “bien” y aparentar ser “buen chico” (aunque me fumara las horas cuando podía xD).

Pero más allá de esa dolorosa lección, que he sufrido pero no se si he obtenido las herramientas para saber actuar de otra manera, también está otra mierda que está ligeramente ligada a esta: Las comparativas que hinchan el ego individualista.

Es un hecho, que en estos proyectos, por lo general tu trabajo está interconectado al de otres. Y lamentablemente, que alguien haga mejor, mas eficiente o más rápido el trabajo, puede facilitar que el trabajo de les otres también sea más fácil. Y esta es la puta peor trampa del funcionamiento de estas (y otras) empresas. Que se aprovecha de las conductas prosociales que pueden salirte de una “buena intención” para meterte en una dinámica de explotación y auto-explotación.

Se que esto tiene remedio adquiriendo conciencia de grupo y exigiendo límites y derechos (o adquirir una conciencia aún más grande y quemarlo todo). Pero esa conciencia es inexistente en este sector. Porque las condiciones son de todo menos proclives. Movilidad al alza (la gente “experimentada” negocia individualmente porque se lo puede permitir, y si no estás ahí, se asume que eres pringui y tienes que comer mierda), la auto-percepción es completamente individualista. Cada persona tiene y negocia sus condiciones, su salario, y entra y sale de proyectos continuamente. No hay ni estabilidad ni sentimiento de pertenencia de clase, porque además hay muchos “roles” y “categorías” para difuminarlo todo en la carrera perpetua por la zanahoria.

Y al final esa idiosincrasia es la que sin querer se acaba pegando aunque no te des cuenta, y aunque reniegues de palabra. Porque llegas todo pringui a un proyecto con menos experiencia de la que el cliente pide. El cliente está pagando un pastón por ti y encima tienes que ir de tapadillo fingiendo que sabes más. Nada de esto se refleja en tu salario (y pensar así ya es la primera trampa), y eso te cabrea. Es “lícito” porque lo que te cabrea es que la plusvalía extraída está disparadísima, más que el hecho de tu querer ganar más. Pero entonces ves a tu alrededor, gente que, en teoría son tus superiores, y que no te ponen las cosas más fáciles. No tanto por maldad como por “incompetencia”. Y te sientes ridículo rindiendo cuentas o teniendo que pedir consejo y ayuda a alguien que no sabe ni por donde le viene el aire. Y no es por una crítica a él en particular. Es que esa situación te mete a ti en una presión extra, y te obliga a pringar más si quieres salir del atolladero. Porque eres el pringui y no puedes dar el puesto for granted, ni tienes la experiencia para poder tener la tranquilidad de negociar.

Entonces poco a poco se va colando en ti esa percepción de injusticia individualizada. No me pagan lo que deberían. Tengo gente “incompetente” al que le pagan el triple que a mi. Y aunque todos esos malestares surgen de un sufrimiento lícito y comprensible, acaban enfocados (a mi entender) erróneamente en un juicio individual, que es muy benevolente con el propio ego, y que deja de lado el cáncer estructural que supone el lugar que habita. Que nada de este mundo sería mejor por mucho que a une le paguen más y le den mejor puesto porque: “se está esforzando”. Que ese reequilibrio de plusvalía solo está sirviendo para “comprarte” y para legitimar un poco el sistema por mucho que sigas renegando de él.

También que si en lugar de seguir la lógica de “ayudarse” a corto plazo, siendo aparentemente buenes compañeres (pringar juntes), tomáramos la vía del “egoísmo” a corto plazo, que además aspira a la emancipación a largo plazo (juntarse para no pringar y que les den por el culo), el destino del mundo tendría muchísima mejor pinta.

Y no quiero que se vea esto de manera juzgona. Contradicciones esiten. Y contextos y lugares hay miles. Y lidiar con ellas en el tránsito de sobrevivir en esta ponzoña llamada mercado / meritocracia es bastante jodido. Y no se puede exigir lucidez, pulcritud de ideas, y “martiridades” a todo el mundo. Pero bueno, tras la situación que he tenido, y la experiencia que he vivido, estas son algunas de las experiencias que saco en forma de “conclusiones” temporales.

No se que me va a deparar el futuro, o si me va a deparar algo siquiera. Pero voy a procurar por todos los medios que no me vuelva a llevar a un lugar como ese donde la “corrupción” estructural, lo inunda todo, y corre el riesgo de que se pegue poco a poco, y sin que te des cuenta.

#meEstoyQuitandoDeAlgo #personal #divagaciónConceptual #trabajoAsalariado

Content Warning: Culpa, dramas familiares, “insensibilidad”

Día 32

Hoy no es mi día. Tampoco está siendo el día que marca el calendario. Y no, no es por la plausible razón que sería motivo de empatía y dolor generalizados, entendibles universalmente. No es una historia de pérdida y amor. Tampoco es una historia de maltrato. Es una historia de culpa y de nada.

Llevaba viendo por el rabillo del ojo que este día se acercaba, pero como es habitual con los días señalados, no puedes hacer nada para retrasarlos. Simplemente acaban llegando. Y la inevitable indiferencia que apenas se oculta tras falsos intentos de ser “normal” ante un día tal como hoy, acaba haciendo explotar el ambiente, y que vuelvan a escucharse dardos culpabilizadores (“yo no puedo vivir así”), ante el duro pero honesto hecho de no sentir vínculo con ella, y no poder fingirlo. No ahora al menos.

No recuerdo haber estado jamás vinculado a mi madre. Aunque es verdad que no tengo recuerdo de todo. Y antes de los 7 años está bastante nublado. Lo que si recuerdo es haber sentido desde bien pronto cierto odio resentido a las “familias felices”. Nunca lo he procesado como dolor interno. Simplemente sentía asco (bueno, reconocer mis sensaciones tampoco es mi fuerte, pero creo que era esa). Y la racionalización posterior era: No me gusta porque es falso, y detrás de esa fachada de súper amor y pomposidad hay unas cadenas invisibles desde fuera, que solo haría falta poder rascar un poco para darse cuenta de que tras el oro, relucen otras cosas tenebrosas.

Sin embargo en días como hoy dudo. ¿Quizá es que no estoy “hecho” para sentir o comportarme como se supone que tendría que hacer para sentir esos vínculos?

Es verdad que empiezo a tener claro que mi manera de vincularme con las personas es... “rara”, diferente (al menos a lo habitual). Pero si que puedo estar seguro de que puedo hacerlo. Es verdad que hay personas que han pasado por mi vida por las que no siento nada. Cero total. Y más allá de la punzada de “¿Qué debería sentir?”, o la culpa de no sentir nada, no sentiría nada si dejaran de estar en el mundo. Eso no quiere decir que le desee el mal a esas personas. Es más, con algunas podría volver a pasar un buen rato si se dieran las “raras” circunstancias de vernos. Podría, en alguna ocasión, hasta tener algún recuerdo de ellas, con una valencia positiva. Y no estoy hablando de personas a las que guarde rencor. Simplemente son personas que no significan nada en mi vida tal y como la conozco, aunque hayan pasado por ella. No han logrado sobrepasar el “umbral”. Pero es que a largo plazo, prácticamente nadie lo sobrepasa.

También es muy extraño, que si pueda sentir.. ¿vínculo?, con personas que acabo de conocer. Y que ni siquiera conozco en términos más... “tangibles”. Y no hablo tanto de la corporalidad como de un tú a tú más detallado y profundo, que por barreras inherentes al canal de comunicación, los miedos, el no querer traspasar mucho las líneas, barreras personales, etc, acaba por no materializarse del todo, aunque (al menos en mi cabeza) si acabe esbozándose en forma de deseo. (vínculo no significa dependencia ni cantidad de “tiempo”. Es... relevancia e intensidad, pero sin agobio ni requerimientos)

  • vínculo: ¿o deseo de vínculo pero que no se ha podido materializar realmente aún? Porque más allá de lo presente o reconfortante que pudiera ser en el día a día, me temo que no es hasta que ese día a día se “resquebraja” o se ve “amenazado” que puedas llegar a saber si ese vínculo ha sobrepasado realmente el umbral

Pero por seguir la línea con algo que tenga mucho más “claro” y “asentado”, hay personas que he conocido a lo largo de la vida en distintos puntos, y que están presentes en mi cabeza y mi vida estén de manera efectiva o no. Entiendo que esto si es una experiencia bastante compartida. Lo que voy a decir es un poco hardcore. Pero las personas que van a poder leerlo no pueden verse representadas y yo me lo quiero sacar de encima.

Nota contextual: Aunque siempre haya tenido problemas de comunicación, he tenido mis épocas de automatizar lo suficientemente bien la socialización como para tener más “contactos” que lo que sería normal en mi “naturaleza”. Algunas de esas personas han sido bastante “cercanas” y extendidísimas en el tiempo.

Reconozco que puedo sentir cosas si pienso en el pasado con esas personas, y algunos momentos. Pero a nivel emocional es como si esas personas ya fueran recuerdos. Como si estuvieran muertas. Puedo seguir viéndolas, quedando, o manteniendo el contacto (ahora mismo no, porque estoy en fase “rota”, pero supongo que podría). Y en la “oficialidad” es como si siguieran siendo “mis personas de referencia”. En algunos casos hasta “amigues profundos históricos”. La familiaridad está ahí. Pero no siento nada si pienso en su pérdida. Reitero, tampoco la deseo. Y aquí entonces se abren muchas preguntas:

¿Es realmente porque tengo dificultad para asentar vínculos profundos con personas? ¿Es porque la inmensa mayoría de esos vínculos se asentaron en la necesidad de una performatividad “normal” que, internamente odiaba, y que cuando pudo relajarse solo quedó... nada? ¿Es una coraza que se desarrolló con el tiempo? ¿Si fuera una coraza porque puedo sentir la necesidad de vincularme con otras personas pero sin tener que renunciar a mi? ¿Por qué voy poniendo lo que siento de la manera más transparente que puedo y de maneras un poco “raras” si lo que hubiera es “recelo”? ¿Tienen realmente remedio esos vínculos con una fuerte cadena sobre el pasado, y un cierto ¿resentimiento? oculto?

Y con esta última pregunta vuelvo al tema de mi madre y la culpa. Aquí si que no puedo trazar una línea para saber ¿qué pasó? o si es que pasó algo alguna vez. Solo se que no siento nada. O está enterrado y aplastado por otras cosas. Así ha sido durante demasiado tiempo.

En este último “bache vital”, cuando todavía tenía energía para performar cierta normalidad, o de ajustarme a las expectativas de les demás, salió de mi un intento de acercarme a ella. Intentar comunicarme. Generar o ¿regenerar? ese vínculo.

Nota contextual: He hablado de no sentir vínculo pero no de como era la relación. Bueno, teniendo en cuenta que vivo con ella, pues con las típicas tensiones de convivencia si, y sin mucha conversación diaria. Pero vamos, que ella de vez en cuando se desahogaba y me contaba sus cosas y yo trataba de ser de ayuda. También me contaba todas las cosas familiares y yo escuchaba. Nunca dije un: No me interesa esta mierda. Pero la verdad es que no me interesaba lo más mínimo. Siendo yo bastante desastre, tampoco soy el mejor compañero. Pero siendo justos, tampoco creo que ella lo sea. Y tampoco ocupo más espacio del mínimo necesario. Mi habitación y lo justo y necesario en cocina y baño. El resto lo ocupa ella. Y no me quejo. Es solo descriptivo. Cada une se hace sus movidas con alguna colaboración ocasional (de mi lado (pedir), trato de que sea 0 patatero), o alguna tarea que suele repartirse más del lado de une que del otre, pero creo que con cierto equilibrio. Mi habitación es bastante disaster, si, pero creo que tampoco nada súper terrible (sobretodo desde que la pinté). Pero vamos, que mierda hay xD. Y aunque ella tenga mucha educación tirana interiorizada al respecto con no serlo (disaster) (más la autotiranía del aspecto por haber sido educada como mujer), en realidad ella también lo es, y yo no tengo problema con ello (solo jodería!). Pero me jode sobremanera esa “desigualdad”, inherente entiendo, al madre<–>hijo de la potestad de inmiscuirse, juzgar, valorar, opinar, meterse, etc. No tengo “odio” acumulado. Y por “sistema” me sale más no tener conflicto. Ella tampoco me maltrata. Por supuesto hay pequeños conflictos ocasionales, y siento que jamás va a entenderme ni a realmente aceptarme, pero ya está.

Ese intento de regeneración empezó con aparente buen pie. Pero si echo la vista atrás, estaba de nuevo, performando. Tratando de adecuarme a lo que debería esperarse de una persona en mi situación. Si quería cierto “contacto” de cariño, pues cedía a dárselo aunque no quisiera. Propuse comer los domingos sin teles ni mierdas para poder hablar. Comunicarse en general más, etc. Supongo que para ella iba bien. Para mi, pues no lo se. Es que era una performance más. Iba regular en la medida en que parecía tener algún efecto, aunque fuera muy agotador. Pero yo no sentía más acercamiento. Al final, de ese acercamiento también surgió más “libertad” para seguir ejerciendo ese hostigamiento “típico” de madre de meterse como elefante en cacharrería para ayudarte a “su manera” y entonces tuve un pete. Es posible que hasta lo contara por aquí. Tampoco nada del otro jueves. Gritar y recibir gritos y portazo de vuelta. En realidad ella también peta muchas veces. Yo hacía mucho que lo tenía bajo control (al menos estando con gente). Pero esa vez no podía más ya. Estaba agotado de la asertividad, y de adoptar esa personalidad racional para intentar abordar los conflictos.

Desde ese momento, en el que además se dijeron “cosas”, el tema ha caído en picado.

No puedo soportar combinar el intentar salir adelante con tener que hacerlo performando algo que no puedo sentir para que ella esté bien. No puedo performar cariño. No puedo performar interés. No, ahora mismo no. Puedo ser cordial, puedo seguir haciendo las cosas que tengo que hacer, e incluso más si a cambio me dejan en paz. Pero eso es horrible. Propio de un monstruo insensible supongo. Nadie me ha dicho esto pero supongo que es así.

Porque si, entiendo que hay muchas emociones (también bastante culpa) en ella y en como se siente. Pero decirme que “esto” la está matando porque después de hacer la comida la he dicho que aunque no sea el día más inadecuado prefería cancelar esto de comer juntes pues puf. Es que iba a ser peor no cancelarlo. Iba a ser un silencio incómodo o yo respondiendo cosas de manera automática y ella acabaría dándose cuenta y surgiría el drama igualmente. Joder que no la niego la palabra, aguanto lo que tenga que aguantar y ofrezco cosas. Pero no voy a fingir. Se me han acabado los cartuchos de fingir ya. Y no puedo vivir así.

Y todavía hay bastantes horas del día que puedo estar solo. Si no fuera así no se que hubiera pasado la verdad. Yo no quiero jugar al juego de las culpas. Yo no quiero culpa para nadie. Acuerdo de mínimos mientras busco una solución. No quiero más. Yo sería capaz porque no quiero nada emocional de ella, ni tengo expectativas de como tenga que ser ni como quiero que sea. Asumo lo que hay y ya está. Nunca va a haber otra cosa. (y esto de hecho es el problema que tiene ella con su madre. Que no asume lo que hay, y busca en ella lo que jamás va a encontrar).

Ni se como sería tener otra madre ni me interesa saberlo. Se que podría ser infinitamente peor, y también me siento mal por eso. Porque siento que muchas personas me odiarían y me escupirían. Y me dirían que soy lo peor por no saber “aprovechar” lo que “tengo”.

Supongo que para ella no funciona así y si puede tener esa imaginación. Y tampoco puedo culpar por ello. Porque supongo que las emociones son así. Y si bien hay vínculos sanos, y recíprocos, también hay vínculos que solo traen culpa y dolor, y la extienden allí donde pueden. Y yo no soy padre ni voy a serlo. Pero creo que si se lo que es desarrollar ese tipo de apegos porque los he desarrollado en el pasado también. Y hay, como mínimo un caso en que si pudo convertirse en algo guay. En uno de esos poquísimos vínculos de los que he hablado antes y que perduran, incluso sin cotidianidad. Y hizo falta tiempo y mucha distancia emocional para ello. Y no era garantía de nada.

Sin esa distancia emocional solo va a haber dolor infinito. Y nada de eso es “amor”. Solo culpa, inseguridad y deseo insatisfecho. Y si alguna vez por fin consigo irme, yo voy a poder “sanar” de eso. Y ella probablemente no. Y esa culpa también me atenaza. Pero no puedo. No puedo hacerme responsable emocionalmente de mis adres y vivir una vida miserable solo para que “estén bien”. Lo siento pero no puedo. Y además es imposible. Siempre voy a petar, tarde o temprano. Y yo no soy esa persona. Basta ya por favor.

#meestoyquitandodealgo #personal

Disclaimer 1

Somos permeables por naturaleza a lo que vemos y vivimos. Habitar el mundo es una responsabilidad inherente de que siempre vas a afectar a les demás. Y que inevitablemente, igual que harás bien a mucha gente, también puede que hagas mal a mucha otra (aunque sea involuntariamente). Esto es inevitable en un mundo compartido.

Sería absurdo esconder, que ver, escuchar, y sentir a otres, no tiene efecto en los ánimos o estados propios (incluso cuando se “bloquea” emocionalmente). El pacto que me cuesta pero trato de hacer, es, al menos intentar evitar culpabilidad por expresarme en mi rincón en los términos que me nacen (lo cual no implica no ser responsable) y con las conclusiones que puedo sacar en el momento actual (y no las que “debería” tener). A cambio asumiré que les demás también se expresan en los términos que les nacen, y con las conclusiones que pueden sacar en el momento actual.

Con un poco de “suerte”, y aún si las conclusiones son un poco “incompatibles, podremos tolerar ese bache, y aceptarnos en la diferencia si al menos existe un atisbo, una esperanza, una llama de (?) (forgotten word).

Aquí no voy a hablar de nadie, ni hacia nadie concreto. Como mucho de mi. Y de las conclusiones que voy sacando de observar el mundo, siempre provisionales y siempre debatibles. En ocasiones hablo de un 'tú', pero es con intención universal. Puedes ser tú, quien sea que lo esté leyendo. Pero no tiene nombre específico.

Nada es un ataque. Nada es una indirecta. Solo divagar, porque en ciertas situaciones, es lo único que se hacer para evitar morirme del asco. Además, nadie somos dios. No tenemos un registro de todas las conversaciones que acontecen para poder saber si algo dicho aquí encaja como un guante en una conversación / conflicto concreto que resulta que se ha dado en algún punto.

“Nadie es yo”

Parece de perogrullo, lo sé. Pero siento que nunca lo he tenido demasiado claro, pese a hacer muchas trampas al solitario.

Jamás encontré a nadie que sintiera que me comprendiera. Que me viera realmente, que me aceptara. Como mucho, había “treguas” temporales en que une iba “salvando los muebles”. Una especie de “síndrome del impostor”, pero de ser tu mismo... y a la vez ser con arreglo al otre.

Cuando no estaba en modo camuflaje total, y ya automatizado, lo que hacía era intentar buscarme a mi en les demás como “sello de garantía”. Y eso inevitablemente llevaba a frustraciones. Siempre se acababa levantando el telón. No estoy hablando de tener claro “qué eres”, y buscarlo en les demás para solo escucharte a ti. Era buscar... comunión, seguridad, paz. Parar el ruido, el bloqueo, la incertidumbre perpetua. Abandonar el control.

Y por más que mi “ser” fuera, hasta cierto punto, una cosa construida y constantemente mutable (rígida, pero mutable) todo estaba siempre pendiente de un hilo. Todo inseguro. Todo temporal. No creo que fuera miedo al abandono. Era miedo al rechazo. En las dos direcciones. A recibirlo, pero también a sentirlo hacia otres, y que eso me alejara irremediablemente, aunque fuera poco a poco y sin darme cuenta.

“Tampoco yo, fui yo”

A veces he pensado acerca de mi “yo pasado”. He observado que es común un deseo de: “Menuda charla me daría para hacer / ser o dejar de hacer / ser esto”. Yo también he tenido estos deseos. Pero el punto en el que estoy ahora me impide verle sentido a eso, más allá de una cierta performatividad de expresar que une tiene deseo de tal cosa, aunque fuera completamente infructuosa.

Con propósito de que me suene mejor, vamos a llamar a mi “yo pasado” “el pequeño Álex”.

Del pequeño Álex de cualquier punto, hasta el Álex de hoy, hay una línea de puntos que es posible trazar. Si alguien tuviera la capacidad de ver todo su trayecto sin consumir su vida en el intento, vería clara esa línea. Y sin embargo, el pequeño Álex y yo seríamos fuertemente incompatibles en muchas cosas. Si, seguro, habría muchas cosas “esenciales” que compartiríamos. “Potencialmente” tendríamos muchas cosas sobre las que entendernos. Pero mi pretensión de creer que podría “zarandearlo” para acelerarlo hasta donde estoy yo, no solo es absurda, sino contraproducente.

Es más, intentando hacer uno de esos ejercicios de paradoja temporal, probablemente mi yo actual acabaría mutando en el intento en una versión (aún) peor de la que es ahora, en el solo acto de auto-zarandearse.

Aún sin ser padre, creo entender que es de hecho lo que ocurre, a un nivel más “light” de adres a hijes. Con el añadido de que aquí hay una identificación más claramente autoritaria e injusta (tu hije NO eres tu), y la sociedad además te otorga un poder bastante peligroso para acabar jodiéndole más la vida por tu ansia de “proteger” a tu “proyección”.

(No, no voy a tener hijes. No al menos bajo este modelo)

Tampoco quiero sonar fatídico. No digo que no se pueda ser una buena figura (o una regulera al menos). Pero bueno, es verdad que de entrada reniego del modelo familiar. Ni el derecho de sangre ni la concentración de poder van conmigo. Pero como vivimos en la sociedad que vivimos, supongo que agradezco que al menos existan personas que sean conscientes de esto y traten de ser un apoyo (a veces eso es no interferir), en lugar de una losa pesada que tener que gestionar. Pero bueno, me he ido del punto.

Vuelvo.

Estábamos en ese encuentro de Álex con el pequeño Álex, y las ganas del primero de zarandearlo.

Tratar de cambiarme para acelerar el proceso de ser quien soy ahora (y eso suponiendo que realmente eso fuera ir a mejor!), no funcionaría.

No desde luego en los términos que imaginamos.

La razón por la que ahora somos lo que somos, pero entonces no lo éramos, no responde a que no tuviéramos a un petardo engreido (así me imagino que el pequeño Álex, vería a Alex) “cantándonos las verdades del barquero”. Lo más probable es que sea más complicado que todo eso, y que el botón mágico no existe. Es posible que el proceso pudiera aún así acelerarse, pero no va a ser tan fácil como crees. Ni inmediato, ni mediante una frase maravillosa y deslumbrante cuyo destinatario real, no sería el pequeño Álex realmente, sino otres, para que aplaudan y vean lo bien que metes en vereda al pequeño Álex. Pa'que aprenda!

Al margen de las dificultades, hay una desgracia común, y es que muchas veces, cuando cambiamos, lo hacemos a través de la auto-tortura.

Esto significa, que hay algo que durante bastante tiempo ha estado “agarrado a nosotres”. Agarrado hasta tal punto que era parte indisociable nuestra. Pero repetidamente te has dado contra muchos muros. Los muros no eran suficientes porque era algo muy arraigado. Entonces al final entras en modo de guerra. Diplomacy is not an option more. Necesitas que no quede rastro. Y solo hay tiempo para echar gasolina y quemarlo todo. Y para construir trampas y defensas que se activen cuando algún estímulo ambiguo cruce el umbral. Si te hubieras “visto” entonces, te darías una paliza. “Menudo pedazo de mierda”.

Pero lo que importa es que has podido. Y no ha sido una cosa de un día para otro. Ha sido un proceso largo y extenuante. Pero lo has conseguido. Un nuevo sol. Un nuevo nacimiento.

“Cuando el látigo interno azota hasta sangrar todo lo que encuentra”

Quizá no había otra forma de vencer.

A menudo la frase que más resuena en mi cabeza para explicar “el mundo del otre” es: “hace lo que puede”. Se que puede sonar a un determinismo peligroso o equidistante, pero lo aclararé más adelante.

“Hice lo que pude con las herramientas y entorno disponible. Y eso implicó mucho látigo. Mucha sangre”

Integrar ideas y comportamientos a través de la tiranía tiene no obstante, algunos peligros:

  • La empatía* hacia esa personita del pasado muere. Y por extensión, a todas las personas que se encuentren en un punto parecido.
  • Siento que empatía para este caso particular tengo que explicar matices: No incluiría solo un sentimiento de comprensión. Implica también que no hay condescendencia. Implica que se acepta lo que esa persona era y podía hacer. Y que se asume que fue como podía dadas sus circunstancias. No pudo ser de otra manera. Y no tiene sentido sentir culpa por ello (responsabilizarse es otra cosa).
  • Puedes ser consciente de que esa empatía ha muerto pero camuflarlo con palabras educadas y correctas. Y autoengañarte en que “las formas”, van a camuflar el contenido. Como si intelectualizarlo le quitara dolor. Pero la realidad es que en ese punto ya miras desde arriba. Ya no ves a esa persona asustada y sin recursos tirando de lo que podía. Ves una persona “defectuosa” con problemas de X e Y. Pobre.
  • O también puede que simplemente reacciones con virulencia porque te sacude y se te activa el chip. Como un botón que no puedes controlar.
  • También hay además peligro de “backlash”. Es decir, como un efecto rebote.
  • Que la auto-tiranía fuera tan fuerte que te quiebre, y entonces reniegues de haber renegado. Y ahora el fuego y las llamas se propagan hacia tu nueva casa.
  • Y por supuesto este backlash puede ser infinito, y cuando se trata de cosas no dicotómicas, saltar de flor en flor, o incluso transitar “tuberías” que te llevan cada vez más profundo.

“La rigidez de no ser rígido”

Este es un topic que no tengo del todo claro con respecto a mi mismo. Y por supuesto es una de esas movidas que generan contradicciones irresolubles que tanto me apasionan.

Supongo que siempre he sido una persona “cabezona” por usar los términos coloquiales que a uno le vienen. También intransigente. Y era un “estigma” que yo no quería tener.

En una temporada recuerdo que me obsesioné con la “coherencia”. Se convertía en un valor supremo para mi y a todas horas andaba “destapando” incoherencias, de mi y de les demás. Con y sin permiso (y algo de variante toca genitalias queda, no te lo voy a negar).

Con tanta obsesión seguía esa regla que al final acababa por encima de otras cosas más importantes (o eso dice mi yo de ahora). ¿De qué servía ser coherente en ser un miserable? ¿Por qué me parecía más “respetable” eso, que la “contradicción” con buenas intenciones?

Por parte de mi padre, por poner otro ejemplo, observé el mantra judeo-cristiano del “no mentir” (para él, que no era creyente, era sin embargo sagrado). Afortunadamente eso me sirvió para rebelarme contra ello. Ahí la rigidez era no querer aceptar ese mantra bajo ningún concepto. Luchar contra él. No pienso decir la verdad por sistema. ¿Qué sentido tiene esa tiranía? ¿Todo el mundo necesita o se “merece” la verdad en todas las circunstancias? (para bien y para mal). (Ser honesto, siempre me ha parecido mejor ideal. Pero no voy a entrar en la disquisición porque esto ya se está haciendo eterno).

Es curioso porque esos dos principios, rigideces, o llámalos como quieras, llegaron a convivir, y en realidad son algo contradictorios entre si, o se sustentan al menos en principios contrapuestos. En uno, hay un ideal que está por encima de casi todo, y la manera de averiguar si algo es “bueno”, es si sigue el ideal. En el otro caso, la disrupción es de ser “anti-ideal”. No se va ni contra la verdad ni contra la mentira, sino contra la imposición de que exista un universal al respecto al que haya siempre que “honrar”.

Bien pensado, que convivan “idealismos” con “relativismos” (sentíos libres de hacer face-palm, yo uso las palabras muy a mi manera, alguna cosa he leído si, pero no soy ningún académico xD) si que cuaja con la esencia de ese “relativismo”. Y sería, por el contrario, más “idealista” aspirar a que todos tus esquemas tengan que ser.. no idealistas; es decir: relativos, abiertos, dinámicos (usa el adjetivo que te cuadre mejor).

El idealista del relativismo, la rigidez de ser flexible... ¿Y a donde quieres ir a parar?

Creo que a través de las distintas etapas de mi vida, he tenido abundantes breakpoints donde me he desgarrado muchos esquemas. No estoy seguro de que lo experimentado sea la manera en que otras personas experimentan esos “cambios”. De alguna manera, siempre me he sentido absurda y poderosamente identificado con mis propias reglas / valores. Renunciar o estar sin ellos, es estar vacío. Muerto.

Y las veces que me he roto realmente no se como de ahí ha podido salir algo “distinto”. La respuesta que se asoma como hipótesis a menudo es: “Restauración”. ¿Y si nunca hubo ninguna destrucción? ¿Y si llegaron los duendes mágicos mientras estabas noqueado, y se limitaron a cambiar todo tu mobiliario mental para que pareciera algo nuevo, pero en el fondo seguías bajo el mismo 'régimen'?

¿Es mi impulso por la flexibilidad un mero disfraz de la rigidez de siempre? ¿Estoy vistiendo de dialogante una tiranía “inflexible” de tener que obligatoriamente entender todos y cada uno de los puntos de vista? ¿Es injusto esperar esta flexibilidad, principalmente de aquelles que consideras están más cerca de ti (incluido por supuesto, tu misme), que de las personas que no conoces? (de las que es más fácil “deshumanizar” y no esperar nada)

“Te quiero aunque no seas yo”

Aunque este castillo de naipes siento que está empezando a emborronarse y no comprenderse (ni siquiera por mi conciencia, que es quien lo emite), creo que puedo sacar algo “positivo” que últimamente me resuena: “No necesito que seas yo”. Es decir, no necesito que compartas toda esta absurda telaraña de normas para poder estar cerca tuyo sin miedo.

Es inevitable que haya cosas que me haya auto-extirpado de mala manera. Con mucho látigo y sangre. Eso ya no puedo cambiarlo. Tampoco puedo cambiar el látigo que he sentido de otres y los miedos aprendidos hacia ciertos patrones. Y en ocasiones, no voy a poder evitar juzgar a la gente en base a toda esa mochila que tengo.

Tendré que convivir con ello, igual que convivo juzgando también a mi yo pasado, o incluso presente. Mejor no hacerse trampas al solitario. Pero la nueva ingenuidad que me gustaría tener en mente, es que aún así se puede querer al otre. Sabiendo que en determinadas cosas, ya no es que “no sea tú”, sino que hasta puede atentar en cierta manera esencial a algo en lo que tu te “torturaste” para no caer. Puede que esa tortura fuera injusta y ahora estés equivocade. O puede que sea le otre quien lo esté. O puede que “equivocade” sea una palabra que no tenga sentido aquí. Puesto que cada une... hace lo que puede en cada momento de su vida.

Y creo que lo único que nos salva de la quema, es precisamente confiar en esa premisa con respecto al otre. No es algo demostrable. No hay ciencia detrás de esta aseveración. Lo puedes sentir o no sentir. Y por supuesto, eso no significa tener que tragarse nada, ni permanecer cerca de lo que nos daña, ni no poder explotar, ni que te tenga que gustar todo el mundo. Nada más lejos. Tampoco que tengas que estar de acuerdo con esta premisa, quizá demasiado optimista. Pero esta es “la parada” en donde estoy ahora. Sin poder controlarlo, y sin querer evitarlo.

“Ojalá me quieras aunque no sea tú”

Las cosas llevan tiempo y une no puede rajarse en canal para que puedan verle todas las entrañas, juzgarlas, y postrarse para que les demás decidan si une es digne de elles.

Paradójicamente a mi naturaleza paranoica, en más de una ocasión he tenido fantasías de deseo respecto a lo que he descrito arriba. Incluso de que vieran allí donde yo no llego. Que pudieran leer lo que hay y emitieran de una vez el juicio. Y así no tener que esperar eternamente esta duda como tortura, y como forma de vida. También era una fantasía supongo de “abandonarse”: Por favor, valídalo. Si buscas vas a ver que aquí no hay mal. Por favor, encuéntrame

(si, contradicciones... ¿Aquí si que valía lo de el bien y el mal?)

También digo que es paradójico porque por supuesto también he sentido miedo infinidad de veces de que pudieran “saber” lo que pasa por mi mente.

No se les demás, pero yo antes de llegar a “conclusiones” sobre las cosas, doy 3 millones de vueltas y concibo lo tolerable y lo intolerable. Y suelo atreverme a valorarlo todo. Porque no tiene sentido no hacerlo si tu mente se lo puede permitir. Cuanto más a prueba de fuego sean tus conclusiones, más fuertes podrán ser. Y si, juntar esto con la flexibilidad es una tarea... infinita y agotadora. Es jugar constantemente a los debates en tu cabeza y al final todo el mundo “pierde” (sobretodo tú, que le ves problemas y mierdas a todo, y la gente se harta de escuchar a ese insecto molesto en su hombro)

Además mi cerebro no es mío. Muchas veces piensa cosas que yo no quiero. O evoca cosas que no siento. Y lo único que he podido hacer con ello es tolerarlo. Y ya está. Aprender a convivir con ello y hasta sacarle partido si puedo. Y vivo infinitamente mejor (para mi y para les demás) así, que en momentos en que eso me perturbaba y me culpabilizaba.

Como nada de esto es posible, solo queda la comunicación.

La comunicación me resulta el mayor reto posible de toda la vida. Y sin embargo, y aunque estoy siempre quejándome amargamente de todas las metáforas de la vida que tienen que ver con “ruedas”, aquí sigo, cual “Sísifo” con su roca. Empujándola constantemente, y “enganchado” a intentar saber más, de las maneras menos ortodoxas posibles. Introspectando más que leyendo expertos. Observandola más que “practicándola”. Y aspirando a ser ese “experto” teórico en su nulidad más absoluta en la práctica.

Más allá de la teoría, lo cierto es que en la práctica hago lo que puedo. Y siempre ha sido así. Con ello a veces he hecho mierdas de las que mi yo actual se avergüenza, y hago cosas de las que mi yo futuro puede que también se avergüence. Y el día que esa cadena se rompa, probablemente es porque haya muerto.

Las palabras “amor” y “querer” tiendo a utilizarlas pero siempre son conceptos. Cada vez que las pienso desde el alma aparecen terremotos, vergüenzas, inseguridades y terrores. De todo tipo.

No obstante:

Ojalá me quieras aunque no sea tú.

Aunque siempre cueste mucho “demostrar” que, efectivamente, no lo soy

(¿Y por qué siento que eso es ser un fraude?) (¿Por qué al sentir desengaño con personas por no ser “yo” he sentido que eran un fraude?) (¿...?)

Siento la necesidad de aclarar que no es una petición literal (¿Inseguridades?). Me gusta lo poético del tándem de las dos expresiones. Por supuesto que se puede aplicar a mi, pero la intención es que trascienda más allá de mi. Como todo lo que escribo, aunque lo haga tan en “primera persona”.

Cuando “Se junta el ruido con el dolor de cabeza”

(recortes de última hora, otro día quizá retomo el tema dándole más reflexión)

No nos has llevado al salpica-mas :(

(más recortes, esto iba de las redes sociales. Prefiero enfocarlo más concienzudamente y no disparar siempre a 5524526 temas a la vez)

¿Y bueno y lo de quitarte como va?

Estoy cansado, se acerca el día 30. Y se acerca también el día del alta / baja.

#divagaciónConceptual #meestoyquitandodealgo

Hoy ya era un día que tenía “marcado en el calendario”. Pero la vida tuvo a bien poner un mensaje extra de “se vienen cositas” xD.

Hoy tocaba consulta con la nueva medica de cabecera (volver a contar “la película”), y después consulta con la psicóloga. La que había decidido iba a ser la última. Más de esto más adelante.

Desilluminati thing

Al respecto de lo “desilluminati” thing, buena parte del principio lo viví un poco en mi mundo, echo un ovillo en la cama (me cortó la “rutina” de mirar por Mastodon después de desayunar y leer algunas cosas) y con un incipiente dolor de cabeza que asomaba con fuerza.

Miraba a través de la ventana de vez en cuando y confirmaba que la cosa del apagón no era solo mía. Pude ver una notificación suelta en el móvil (de Mastodon) de alguien a muchos km de aquí diciendo que no había luz. Así que.. até cabos xD.

Pensé: Mierda, y tendré que comer algo antes de ir a mis dos ineludibles citas taciturnas (Eran todavía las 12:45 o así). La inmensa mayoría de cosas que tengo son para cocinarse. Podría hacer un apaño pero tampoco se cuanto se va a extender esto. ¿Realmente se podrá comprar algo? Con un sopor increíble y las emociones modo caparazón, me baje a la calle a “investigar”. Por lo general, y aunque no sea “mi campo”, soy capaz de preguntar a gente desconocida si siento que es una situación extraordinaria que lo permite. Pero hoy no tenía esa capacidad.

Inciso sobre las cosas que siempre doy la chapa, sáltatelo si estás hasta la genitalia de leerme estas mierdas –> Todas las terrazas (hosteleria) de una calle principal cerca de donde vivo estaban A REBOSAR. No quiero juzgar pero aparte de agobiarme, reconozco que si me dio un poco de pena. Que la gente socialice y se relaje me parece muy bien. Pero molaría más sin necesidad de estresar a aquelles con menos suerte y que les toca pringar sin necesidad

No, servirte una cerveza, salvo algún caso que me pueda imaginar, no es un “servicio esencial”. Si, yo también estaba buscando un sitio para comprar y puede ser “hipócrita”. Pero es que ver supermercados / tiendas a rebosar y con la gente haciendo acopios también me da pena. No voy por el rollo moral individual para hacer virtue-signalling. Aunque obviamente no todes caen en las mismas cosas ni en el mismo grado. Es una consecuencia de la inercia sistémica. Y de tener automatizados egoísmos y violencias que han sido naturalizados desde la óptica de ese sistema. Y mi crítica va más por ahí. No es para culpabilizar, sino para señalar que es triste que las cosas funcionen así, y no tendrían porque hacerlo. Aunque dentro de este sistema, nos veamos inmersos en esas dinámicas porque no podemos escapar de todo y vivir en una burbuja) Fin inciso

Después de dar muchas vueltas, sin tener la sensación de que pudiera entrar en ningún sitio a coger algo para comer (muchas colas, o lo que se observaba desde fuera no era nada realmente para comer), entré en la gasolinera de al lado de mi casa. Había un ruido infernal (alarma) en bucle de una máquina que se había quedado rallada. La pobre mujer en el mostrador se la veía muy afectada. Yo no llevaba ni 5 minutos soportándolo y me quería pegar un tiro. Entré más por ver si me enteraba de algo por alguna conversación que por comprar nada allí (que encima es carísimo). Pero claro, ya había entrado, así que tenía que coger algo! así que cogí.... una botella de agua (?) (había muy poca presión en casa, y no tenía ni idea de si iría a peor) (lo se, una botella de agua no soluciona el problema de la comida).

Pude oír una conversación en la que hablaban de que al parecer se decía que “ya se estaba empezando a arreglar”, pero “por arriba”, y que aquí todavía tardaría en llegar. Y un montón más de datos que he olvidado porque no me resultaron relevantes. Y lo del arriba no lo entendí muy bien. Se refería a la zona norte de la ciudad? del país? del mundo mundial?

Pagué mis 2'.05 eurazos por esa botellita de agua y me volví para casa.

Calor.

Sudor.

Odio el día, y odio el “buen” tiempo. Vi a la gente del kebab de al lado de mi casa fuera charlando alegremente. Pensé: Lo mismo les hago un favor si les pido un kebab para que no se les ponga pocho lo que hayan dejado a medias. Pero están fuera, y están de puta madre, que vas a ir ahí a dar por culo. Total, que en ese diálogo interno en 5 segundos que se hicieron bastante largos, seguí mi camino y subí a casa, preguntándome si no era un imbécil por darle tantas vueltas a las cosas. O tener que dárselas cuando mucha gente las tendría ya claras en un sentido o en otro, en función de su “brújula moral”. Supongo que mi brújula está pocha y siempre necesita hacer costosos rituales para evaluar cada mierda con sus matices. Y otras veces seguro que no considera cosas que tiene que considerar, en fin la hipocontenaria.

Me dolía la cabeza. Me sentía incomunicado. No sabía que hacer. Pero no sentía ansiedad. Tenía mucho cansancio. Tenía la sensación de que la razón por la que no sentía ansiedad, ni apenas pensamientos en el rato que llevaba sentado en el sofá mirando a la nada, era una especie de bloqueo defensivo que encima me consumía todos los recursos. Y por un momento sentí algo:

Incertidumbre.

Soledad.

Le mandé un whatsapp a un amigo de que si le importaría llamarme (si, una llamada de teléfono! con lo que suelo odiarlo! pero para personas concretas no me importa). Pero fue un poco como una ráfaga. Después, vino la nada otra vez acompañada de su inestimable dolor de cabeza.

Traté de pensar racionalmente en cosas. Me imaginé estar con alguien que estuviera sobrepasado emocionalmente y con muchas preocupaciones. Yo trataría de contestar a las preocupaciones que no soy capaz de tener por el bloqueo y haríamos así un buen tándem... Ostia, el frigo y el congelador. ¿Que tengo? Afortunadamente no había gran cosa. El sábado solo compré modo supervivencia. Me di cuenta de que conservaba bien el frío, así que lo mejor sería no abrirlo. Frigo y congelador sin peligro ✅

Estaba hecho un asco la verdad. Y tenía citas a las que acudir a las que no convendría ir así. Pero uf, ducharme a la me cagüen con agua fría y una mierda de presión. Al final me lavé la cabeza y hice algunos malabares para higienizarme sin llegar a meterme dentro. Otra prueba superada ✅

Me volví a tumbosentar en el sofá. Es curioso porque casi nunca estoy aquí. Cuando estoy sólo, en verdad podría colonizarlo sin problema, pero no tiene mucho sentido porque aquí no hay nada que me interese (la tele, que teniendo PC para mi no tiene sentido, ya que es como un “downgrade”, y de todas formas ahora no funciona).

Volví a coger el móvil sin éxito. El whatsapp a mi amigui no había llegado. La app de mastodon le llegaban notis de ciento en viento pero al entrar no cargaba nada “nuevo”. De repente se me encendió una bombilla.

Joder!

¿Los móviles tienen radio no? Hice una pequeña búsqueda por las apps y la encontré sin mucho problema. Bueno... a ver como funciona esto...

¿Me pide los cascos para “cambiar de emisora” WHAT???

Intento mantener la calma y no blasfemar. La entrada de cascos de mi móvil es un poco rara y en ese momento es como que no asumo que esto pueda ser así. Es intolerable y carece de sentido. Intento “tocar” por más botones y acaban sintonizándose algunas frecuencias automágicamente. No se oyen del todo bien pero me valen. Logro conseguido ✅

Están hablando de esta movida. Hay mucha paja que no me interesa pero acabo sacando que esto, EN PRINCIPIO, va a durar entre 6 y 10 horas. También dicen sobre Madrid que las consultas médicas no van a estar operativas. Y aquí? 🤔 Bueno, esa incógnita no puedo resolverla. Cuando vaya para allá supongo que quedará resuelta.

Ahora hay que ver qué como. Bueno, tengo un bote de garganzos en el armario. Puedo improvisar algún tipo de ensalada random echando cosas. La verdad es que al final queda algo bastante apañado y rico. A veces cuando intentas sacar petróleo de lo poco que tienes te acaba quedando algo guay! ✅

Sigo escuchando la radio pero empieza a repetirse mucho. Y hablan principalmente de Madrid. También hacen un repaso por Castilla la Mancha. Se que por proximidad tiene sentido pero me descoloca un poco. Me deja dudando si van a pasar por distintas comunidades. Pero después veo que vuelven a Madrid. Ya he acabado de comer así que la apago.

Me queda una hora para ir a la médica y me sigue doliendo la cabeza y tengo como cansancio / sopor sin sueño...

¿Leer?

Últimamente todo lo que estaba leyendo era en el pc (audiolibro incluido), pero tenía todavía en la mesa el libro de “La Metamorfosis y otros relatos”. Había leído la metamorfosis pero no me adentré en los otros relatos, vamos allá.

Comienzo pero tengo el cerebro demasiado frito para retener la concentración en las letras, que no dejan de bailar, y mi mente de irse a lugares que tampoco puede sostener por mucho tiempo. Aún así, con titánico esfuerzo consigo acabar el primer relato (✅):

El artista del hambre.

Me gusta mucho. Sobretodo porque según lo leía me imaginaba como muchas lecturas “marcianas” del tema y su “razón de ser”. Sin embargo mantenía la incógnita de esa rareza pero de manera que se sabía que en el fondo de si, y pese a la forma aparentemente absurda, se revelaba una verdad incuestionable.

Finalmente llega el “plot twist” de la frase final, y aunque no es lo que esperaba también me satisface y me recuerda a otras cosas (salvando mucho las distancias) que alguna vez me habían pasado en forma de metáfora por la cabeza:

“Joder! Si yo odio el pimiento con todas mis fuerzas y todo lo que representa de forma “esencial”... ¿Por qué los argumentos que me dais favor de que me coma vuestros putos pimientos es decirme que estos están buenísimos? Que no todos los pimientos son iguales. Que no todos los pimientos “roban” (?). Comeré algo cuando lo que haya no sean solo pimientos (si quieres los comes y sino reviento (?))”

El siguiente, pese a ser aún más corto se me atraganta un poco más, pero finalmente lo acabo (El artista del trapecio). Se acerca ya la hora. Doy unas cuentas vueltas por casa. No he pensado lo que voy a decir porque estoy un poco en modo “me da igual”. Me da pereza en esta entrada profundizar en esta movida, que está por todas partes en otras entradas así que lo resumiré mucho

Versión express de lo de la médica

Me toca médica nueva en situación de baja por depresión / ansiedad (por decir el tipo 'genérico' dentro de la salud mental), y yo ya voy con la idea de que sea el último parte, y después forzar que me despidan.

Sin entrar en muchos detalles, la señora es maja. Además me dedica bastante tiempo, lo cual suelo necesitar para poder expresarme. Acabo pidiendo cita en salud mental de allí para “probar”, acuerdo que el día 7 me de el alta, y salgo de allí. Bueno, no pido la cita porque no hay luz. Pero acordamos que me la pide y que mañana me llama para que vaya a por el volante. Ahora si, salgo.

Transición hacia el combate del siglo con la psicóloga

Calor, sudor.

Debería pasarme por casa pero ya llego tarde a la otra cita. Además así aviso a mi madre que es posible que esté en casa y así no se preocupa (no funciona ningún método de comunicación). Hago el amago de volver durante un tramo. Y finalmente cancelo la idea sintiéndome estúpido en el trayecto. Una de las cosas que me hacen cancelar, es que absolutamente TODOS los días que ha durado esta terapia he llamado al timbre escrupulosamente a la hora a la que tenía que llamar. En el minuto exacto. Y no quería joderlo. Y menos el día en que voy a terminar la terapia. No quiero que se monten la habitual película con que llegar tarde o pronto significa mierdas.

Además, cruzar las calles está un poco complicado, y hay mucha gente en la calle. Bueno, tampoco muchísima. Cada une tiene el umbral donde puede.

Contexto psicologil: Yo ya había avisado de que iba a dejar la terapia más pronto que tarde, y en más de una sesión se había abordado (bueno, aquí “abordar” es yo contando los problemas que veo, y la otra parte pidiendo paciencia y que “it is what it is” acerca del psicoanálisis y la terapia).

Me conozco y se que si no me decido de manera un poco radical acabo dando largas y no doy el paso hacia las cosas (sea para los síes o los noes). Así que había decidido que ese día la diría que era la última consulta. Llevaba además 3 semanas que iba con mucha pereza y mucho: Pff ¿para qué me está sirviendo esto realmente?

Como digo, mis problemas, reticencias, críticas, las llevaba avisando desde hace tiempo, y también había dicho que estaba buscando alternativas. Avisado el tema estaba. La conversación que he mantenido allí, de menos de media hora, y por la que, por no montar un pollo, he pagado igualmente 60 cochinos euros again, ha sido algo tal como lo que sigue aquí debajo. Me siento orgulloso de haber podido decir todo lo que pensaba de manera relativamente lúcida y clara:

Representación más o menos fidedigna de lo acontecido en terapia

  • Yo: Bueno, no se si esto es la antelación debida o no, pero la idea es que esta sea la última consulta aquí.

  • (Silencio)

  • Yo: Y bueno.. no se si se podría aprovechar para algún tipo de cosa que quieras decir a modo cerrar, o que la sesión sea especial de alguna manera.

  • Psic: ¿Por qué quieres dejar la terapia?

  • Yo: Bueno, ya había explicado un poco otras veces... Por un lado siento que esto es un poco una cuestión de “fe” y que no hay transparencia. Yo vengo y suelto aquí un rollo, y tu haces unas cábalas en torno a ese rollo, y en base a eso me haces unos cortes o señalas ciertas cosas, pero sin decirme por qué. Yo me distraigo casi más pensando en porque te resultan A TI relevante esas cosas en particular y no otras y donde quieres ir que en pensar en ellas en si. Si vengo con ellas, no son nada nuevo. Ya les he dado yo vueltas y re vueltas. Y que tu me “cortes” en ellas no me genera ningún insight en plan “oh wow”, porque no es nada nuevo...

  • Psic: ¿Entonces la terapia no te está sirviendo de nada????

Aquí ya empiezo a mosquearme un poco, porque no percibo interés genuino. Percibo que me quiere llevar a un callejón discursivo para que reconsidere mi postura. Y que además elige la frase, el tono de su voz, y la mirada para aprovecharse de mi) (si, soy un poco paranoico en general, pero te aseguro que en esta terapia las caras, los tonos, los gestos, TODO estaba medido. No había prácticamente nada genuino. Se notaba y de hecho ya lo hice notar en su momento. Sabiendo que sería parte del rollo de la terapia si. Pero me resultaba intrusivo y manipulador

  • Yo: Todo y nada no son palabras que me hagan mucha gracia. ¿Sirve de algo cambiar rutinas acerca de las compras diarias? Al final todo siempre tiene un impacto, la cuestión es si merece la pena. Venir aquí supone un gasto importante y no siento que en el tiempo que vengo viniendo aquí haya marcado realmente la diferencia.

  • Psic: Pero ¿Y como estabas al principio? ¿Estás igual ahora que entonces?

  • Yo: No, claro que no. Al venir estaba desesperado. Pero es que acontecen bastantes más cosas en mi vida aparte de venir aquí unos 40min a la semana. Lo principal es que he podido dejar de trabajar, aunque sea temporalmente. Estoy intentando reconectar con cosas que signifiquen algo para mi. Y eso no es nada que yo haya sacado de aquí, pero que me está haciendo algo de bien. También estoy hablando y descubriendo a gente estupenda en otros lugares (aunque sea online) [va por ustede], que no solo me abre el abanico sino que me permite conectar a nivel humano mucho más de lo que puedo hacer aquí. Que no digo que esto no sirva “de nada”. No puedo aseverarlo además porque no puedo dividirme y hacer el experimento de que una copia venga y la otra no y hacer la comparativa.

Me vuelve a explicar cómo funciona la terapia, que es un poco lo que siempre hace cada vez que he puesto alguna pega. Que el paciente (utiliza otra palabra que no es tampoco cliente pero no la recuerdo), utiliza su habla libre, y al terapeuta le corresponde hacer esas interrupciones y señalar cosas, y hacer los cortes, y que luego es el paciente el que tiene que reflexionar y trabajar todos esos conceptos y buscar nuevos sentidos y bla bla bla

  • Yo: Pero es que la jerarquía es completamente marcada y es como si estuviéramos en habitaciones diferentes. O que fuéramos a por un tesoro, y tu tienes el mapa y me vas diciendo por donde es, pero no me enseñas el mapa. ¿Y qué elementos tengo para confiar en ti? No te conozco, y la relación es completamente fría. De despotismo ilustrado.

  • Psic: ¿Pero tu cuando vas al médico te fías no?

  • Yo: Uf bueno, de hecho apenas voy al médico xD. Pero salvando las distancias, un dolor fisiológico puede ser distinto. Yo no tengo ni idea del funcionamiento de mi cuerpo. Y el “sentir” de mi brazo no me identifica como persona. Me puedo “fiar” bien porque confíe en instituciones como la ciencia, o porque confío en iguales que confían en ellas, o por pura supervivencia porque no tengo elementos ni capacidad para juzgar con mis medios de otra manera. Elijo fiarme porque no tengo otra cosa mejor a mano. Pero aquí si tengo elementos para juzgar. Porque es mi mente, mi identidad y mi subjetividad lo que está en juego. Y creo que de esto si que tengo algo que decir.

  • Psic: ¿Pero y que buscas entonces?

  • Yo: Pff pues seguramente una fantasía. A ver, valoro la capacidad que he tenido aquí de poder expresarme libremente y sin juicios. Eso ha estado bien está claro. Pero claro, no había juicios porque no había intervención ni compañía. Solo una figura a modo fantasma haciendo cortes. Valoraría que esa persona que me acompaña en este proceso, me escuche si, y pueda hablar libremente y además me vea como algo más que unos síntomas con patas. Que pueda hacerme propuestas o tenga cosas que poder aportarme a las problemáticas que pongo encima de la mesa sin intentar “reconducirme” a los cauces que considere correctos. En definitiva una persona que te respete y te trate de entender y te trate desde la empatía y la igualdad, y con conocimientos y recursos disponibles que a ti te puedan faltar.

A partir de aquí se suceden silencios incómodos. Y hay algunas frases en las que además percibo que esas “manipulaciones” de miradas y tonos son como excesivamente autoritarias (de hecho hay una vez que la miré y me forcé a mantener la mirada, pero puf, era una mirada como chunga, la tengo grabada). Al margen de los silencios digo que claro, para mi no tiene sentido tampoco ponerme a divagar como si no fuera el último día, porque ya no tiene mucho sentido. Y que si había algún input que quisiera decirme. Y va la tía y me suelta que no, que ella no está ahí para decir nada, que esa no era su labor. Yo estoy flipando un poco. Y al final coge y dice como airada mientras se levanta: Pues nada se acaba la sesión. Yo estoy un poco fliping porque siempre tengo que andar con la duda, pensando si realmente tras esa capa defensiva se estará sintiendo mal, o quizá esté escondiendo sentimientos de fracaso, pero por otro lado me da la risa por dentro. Saco la cartera y dejo los últimos 60 pavos más absurdos que he gastado en mi vida. Y los pago sin aspavientos porque no quiero montar el pollo. Pero me daría vergüenza cobrarlos en una sesión así la verdad.

Que si, que lo que vale es “su tiempo” (joder, 60 euros sesión menudo tiempo). Pero hemos estado media hora, con bastantes silencios y no he percibido un gramo de interés. Lo mismo me estoy flipando, pero me hubiera encantado que esa última sesión escuchar su opinión. Algún consejo. Recomendación de otras cosas que pudieran servirme? Dejar la puerta abierta pero expresar comprensión y no intentar espolear culpa (sabiendo ella de sobra a poco que me haya escuchado que eso está muy latente). No claro, si ella no va a seguir sacándome pasta porque interesarse? Lo único que realmente argumentó fue para defender su puta terapia y su puta línea de actuación maestra. Como si fuera un puto método infalible al margen de las personas. Y luego que aquí no se hacen diagnósticos, y la medicación bla, y la humanidad y la subjetividad... Pues para mi eso es palabrería barata si “el método” está por encima de todo y es lo único que puede argumentarse.

Pues salí de allí con una sensación to rara. Por un lado orgullo de haber sido capaz de dejarlo y haberme sabido explicar bien pese a lo bizarro de la situación. Por otro lado miedo. Y esa puta expresión taladrándome.

Pero bueno, ahora tocaba volver a casa donde me esperaba el exprimidor y un par de naranjas. Casi se me había olvidado lo del apagón. La calle estaba un poco como siempre en verdad. Eran las 18:45 y veía casi todo apagado. Principalmente los semáforos seguían igual. Después del zumo creo que iba a intentar dormir. Con un poco de suerte al despertar todo habría vuelto a la normalidad.

Voy a abrir la puerta de casa y oigo “ruido de tele”. Pienso, no puede ser, será la radio. Y al abrir veo a mi madre y veo que tiene puesta la tele. Y pienso: What? que brujería es esta. Y doy el interruptor de la luz y veo que va. (el extrañamiento es porque todo lo que había visto por la calle estaba sin luz). Bueno, tampoco me detengo mucho en el extrañamiento. Todavía no puedo descansar porque tengo que comunicar “mi día” a mi madre. Y no siempre es fácil. Sobretodo teniendo en cuenta que yo lo que necesito es hacerme ese zumo y meterme en mi cuarto.

Además me empieza a inundar con un montón de cosas que ha oído por la radio o por la tele, y una movida de los grifos que si me veo en la obligación de escuchar pero a la vez se que es bobada porque en ese momento voy a ser incapaz de retenerlo. Lo intento explicar pero no lo entiende. Me mira como diciendo ¿pero que dices?? Me pongo en piloto automático y asumo que es lo que toca. Por fin puedo ponerme a hacer el zumo y llevármelo a mi cuarto

Es mi trofeo, mi tesoro. (ahora quiero otro por acabar esta entrada 🍹)

#personal #diario #meestoyquitandodealgo #saludmental #apagon

Una cosa que me sorprende ligeramente, es que el tema de “la salud” haya jugado un papel en este intento de dejar de fumar.

Si alguien me hubiera argumentado ese motivo para dejarlo hace.. yo que se, 3 meses (antes de estar de baja) hubiera dicho: Pst eso me da igual.

No me da igual el dolor físico. Soy bastante aprensivo de hecho. No solo el dolor, en general las sensaciones corporales supongo. Pero le tengo mucho más terror a cualquier 'complicación' que “exigiera” verme con médicos y hospitales (eso ya encima implica Invasión).

He evitado ir ante situaciones bastante poco aconsejables, pero supongo que he tenido suerte y nada se me ha terminando complicando de manera irresoluble. También es que suelo pensar ante hipótesis hipocondriacas. Oye si me tengo que morir por tener X pues que me dejen en paz al menos. Que sea lo que tenga que ser pero que no me torturen.

Al final, la muerte es una cosa que tengo bastante pensada y repensada, al menos a nivel psicológico (lo físico es otra historia).

He tenido la suerte de poder tener al menos a una persona más o menos cerca con la que hablar de ello sin que salten alarmas, o se vengan discursos vitalistas vacíos, que en el peor de los casos encima juzgan, y en el mejor simplemente no se entienden.

Es cierto que nunca nos hemos hablado desde la desesperación de hacer realmente algo en el presente. Es simplemente la certeza de que “esto”, no es obligatorio. Y no hay nada inherente en la vida que merezca ser su esclavo just porque si. No hay una magia ni una esencia benévola y potencial infinita. Y por supuesto, “esto”, no le pertenece a nadie más que a une misme. Ni a ninguna deidad, ni a la familia, ni a seres queridos. Y dudo que la culpa pueda aportar ningún sentimiento que a une le aleje del lado 'oscuro' de la moneda.

La pregunta maestra en las etapas más 'a flor de piel' o menos 'enmascaradas' siempre era ¿Para qué? Y reconozco que soy un maestro en hacerla hasta niveles que serían desmoralizantes para la persona más vital e ilusionada.

La cuestión es que tampoco me he visto nunca como un 'pesimista'. Y tampoco soy una persona que 'solo' atienda a razones. “Porque disfruto con 'X'”, para mi sería uno de los mejores motivos para hacer algo. El problema supongo que viene más con esa capacidad en si, o con los 'trades'.

¿Puedo llegar a disfrutar de algo? Depende de la época está más o menos chungo pero si. El problema suele ser: ¿Que es necesario hacer para comprar la posibilidad de hacerlo? Y no hablo de que esa acción tenga un 'precio' de que sea muy cara ni nada así. Quizá solo hablo de la posibilidad de escribir estas líneas, y otra serie de cosas relativamente 'sencillas'. Pero une no puede simplemente, “hacer esas cosas” 'gratis'. Porque la vida tal y como te la sirven, no es 'gratis'. Te dicen que hay que 'ganársela'. Pero tampoco me quiero volver a meter en eso, porque ya lo he contado en otras entradas (al menos del blog).

El caso es que en el trascurso del tiempo también me he detenido a 'mirar' muchas vidas que tenía a mi alrededor. Y la conclusión es que no se trata de 'mi vida'.

Pequeño paréntesis resumen de 'mi vida'

No he tenido ni de lejos las peores circunstancias vitales que se puedan tener. He nacido en un país que no estaba en guerra y donde había cierta 'estabilidad'. Mi familia es humilde (mi padre fue explotado de camarero toda la vida, y mi madre fue explotada de cajera de supermercado y después cuidadora en casas). Familia precaria pero sostenible. Rota, en el sentido de desafiar los parámetros de 'familia junta y feliz', pero a priori de 'buenas maneras' (no recuerdo sentimientos positivos ni negativos sobre eso. Solo distancia emocional, y búsqueda de ventajas pragmáticas para estar en uno u otro sitio). Puedo haber vivido desapego e incomprensión en general en mi familia, y tengo apego 0, pero no he tenido que yo recuerde un ambiente especialmente traumático. En colegios e institutos... he tenido momentos bastante difíciles, pero no 'extremos'. Y a fin de cuentas logré desarrollar cierta capacidad de mímesis para no salir demasiado escaldado. Incluso para tener 'amigues' (Una personita se mantiene después de todos esos años, pese a muchas tempestades y aunque haya contacto de ciento en viento).

Fin paréntesis

Cuando miro las vidas a mi alrededor, sin irme a sitios más oscuros. Me parecen también terribles (pese a no serlo dentro del parámetro de objetividad). Son vidas más funcionales, y yo las veo más vacías y más “sísifo” que ninguna (y las de mis adres ni te cuento). Tan metides hasta la médula en una rueda que ni hay tiempo para ver el absurdo de toda esa inercia. Y de verdad que he intentado comprender cual es el motor que permite que sigan actives.

Muchas veces es un autoengaño profundo sobre un supuesto futuro donde se 'pagarán' todos esos esfuerzos y llegará el día D para disfrutar por fin: “Ya llegará el día en que pueda... X”. Pero el día siempre es mañana y nunca es hoy.

Otras es haberse metido en la trampa de les hijes. O en general ese proyecto de vida de familia nuclear, completamente supeditado a tragar y a hipotecarte (no hablo literalmente, aunque también ocurre) para lograr una plaza en ese idílico “sueño” pesadilla (No es un alegato para no tener hijes, el problema es bajo que estructura se tienen, y que se tienen encima irreflexivamente, por cumplir el maldito hito).

Otras veces simplemente las personas están tan metidas en la rutina del instinto de supervivencia que preguntarse si merece la pena estar empujando esta estúpida roca una y otra vez es simplemente delirante. Una pregunta 'sin sentido'. Luego claro, salen las cositas por donde pueden. Adicciones, compulsiones, violencia, autodestrucción, pseudoplaceres de encefalograma plano, despersonalizarse.

Bueno y si lo ves todo tan horrible ¿por qué no te has muerto ya entonces? Lo veo horrible. Pero no soy capaz de verlo necesario. Por eso digo que por suerte o por desgracia no soy una persona pesimista (puedo tener una dicotomía extraña seguridad / inseguridad, y muchos días no me aguanto, pero no soy pesimista sobre la potencialidad).

Todas esas vidas aparentemente funcionales que veo a mi alrededor, y que son capaces de sobrevivir en rutinas que a mi en poco tiempo me han partido en trozos, y eso que solo estaba en el tutorial*, y sin embargo me resultan más terribles incluso.

El tutorial*: No tengo hijes, no se me pasaba por la cabeza poder hacer ninguna mierda extra que no fuera las horas del curro, cosas básicas de casa y del día a día (y no siempre), descansar y evadirme sin apenas contacto social. Un curro que era teletrabajo (aunque había bastante reunión y atención dividida, cosas que me matan, si). Supongo que o bien soy un flojo o no tengo realmente la capacidad de encajar en esa forma de vivir, y esos ritmos desquiciados.

Ahora bien, que muchas de esas personas hayan logrado 'ser funcionales', tengo claro que no las hace ni felices ni 'deseadoras' de vivir. Hay de todo y no pretendo generalizar. Pero en muchos casos lo que he visto y sentido es vida de autómata con sueños frustrados, carácter agriado, y tendencias crecientemente autoritarias y anti-empáticas donde antes no estaban ahí. Canalizar la propia frustración hacia otres y 'que se jodan'. A cambio de asquerosos premios de consolación y promesas de 'progreso' individual.

No es que crea que “Cuanto peor mejor”. Pero en realidad un poco si. Creo que las personas cuando vemos que algo está mal pero es 'reformable', y todo a nuestro alrededor gira en torno a 'modificar' nuestro interior. Lo único que hacemos es ir cambiando piececitas, cambiarles el nombre, pero seguir la misma inercia porque al final, es mucho más sencillo.

Mi optimismo no es hacia la situación ni hacia las vidas que veo. Porque efectivamente todo es un gigantesco ¿Para qué? que no tiene ninguna respuesta. Y sin embargo sigo queriendo preguntar. Y sigo pudiendo imaginar que no es lo único posible. Y para eso en realidad hace falta mucho optimismo. Pero no siento ingenuidad. Si algo he aprendido a lo largo de los años es a intentar 'ver' a las personas. Y yo en la inmensa mayoría de sitios donde mire no veo “maldad”. Puedo ver dolor, tiranías autoimpuestas y generalizadas a les demás, veo miedo, frustración, estar al puto límite. Y también veo cariño, ganas de compartir, de ayudar. Muchas ganas de poder confiar en el otre. Ganas de funcionar de otras maneras. Y realidades a pequeñísima escala, casi simbólicas y gestuales, que demuestran que ese espíritu sería suficiente para vivir de otra forma en general.

Pero claro, yo no se si esto es una ida de olla que se ha montado mi cabeza (instinto de supervivencia) para que la respuesta no fuera tan turbia como así sería sin tener este pensamiento. Porque sigo pensando lo mismo de la vida y de la muerte. Pero pienso que de alguna manera, mientras este sentimiento / esperanza de que hay (tiene que haberla) una maldita manera de salir de esta espiral, de encontrar una salida. De juntarte con otres que estén en la misma página y decir: Joder, vamos a intentar algo. Locuras. Y si no sale pues se intentó y au. Y eso me parece mucho más atractivo que tratar de 'conservar' una vida, pensando “planes B” (si, la locura es el plan A) que me devuelve de nuevo a la nada más absoluta. No solo vacío existencial. Dolor. E incluso el temor de que tu mente trate de adaptarse y te pierdas completamente en el proceso. Volviéndote un maldito zombi 'con vida'.

#meestoyquitandodealgo

Lo siento Alien, pasó tu día. Si no fuera domingo seguramente me habría dejado llevar por alguna catarsis de transición adolescencia / adulta, por aquello de esa arbitraria cifra de 'mayoría de edad'. Pero es domingo.

Para algunas tradiciones es domingo “de algo”. La tradición instaurada (a mi propuesta en realidad, no puedo quejarme) (bueno, mi propuesta en verdad vino en gran parte para 'agradar' xD) en mi caso para los últimos ¿8? domingos ha sido comer con mi madre.

En el mejor de los casos, está siendo una tradición... cansada. Que se mantiene en el compromiso, el deber, y una esperanza que no está realmente fundada en ningún deseo. Como esas teorías que uno lanza al vuelo muy de manera muy poco convincente de que: Bueno, si empiezo a hacer de manera más seguida A, seguro que acabo teniendo mejor humor. Esto es así, al menos por mi parte. Por la suya creo que si hay deseo. Pero no es intrínseco sobre el acto en si. Requiere de alguna manera, resultados específicos. Y son un poco 'incompatibles' con la realidad.

Hacía días la había comentado que había estado leyendo de ciertas cosas que me habían generado mucha identificación, y que esas experiencias, tenían que ver con una “etiqueta” psiquiátrica concreta. Que no sabía si me ayudaba o no identificarme con ella. Que bueno, en definitiva, que era un “work in progress” mental que estaba teniendo, porque además también había, como con todo lo que rodea la salud mental, mucho mensaje de mierda vestido de oficialidad, ciencia y autoridad. La manera en que comuniqué esto soy consciente de que fue bastante precaria xD. Lo ¿peor? es que ni siquiera aquí o ahora me siento con legitimidad para siquiera nombrarlo. No es vergüenza. Siento que estoy siendo 'un intruso'. Y luego aparte sigo teniendo mi pelea interna con las etiquetas diagnósticas, que es otro melón. Y no me refiero a un melón dicotómico “Si / No” que aplique para todo el mundo. Es complicado, y en cualquier caso no se me ocurriría invalidar la experiencia de aquelles a quien os haya ayudado, por poco que sea.

El caso es que ya habían pasado unos días de eso, y hoy me ha dicho (y se que su intención era buena) (no puedo reproducir las palabras exactas):

“Bueno, pensando en eso que me dijiste que te estabas autodiagnósticando (aaaa yo no dije que estuviera haciendo eso), he pensado que si fuera así... pues bueno, en cierta manera en realidad sería un alivio. Pensándolo bien, nunca pensé que podría ser algo así, pero es verdad que... blabla” (parte del blabla no es del todo agradable, era como hablar de mi en unos términos un poco.. ¿como si yo no estuviera delante? y aseverando cosas de mi en un tono 'generalizador' y 'absoluto' que no compro realmente, pero supongo que soy muy tikis miquis)

Yo temía cosas ante eso, pero quise preguntar, para entender bien su postura / emoción: “¿Por qué sería un alivio?” Y entonces vino la comparación con el 'tener solución', o la metáfora del dolor fisiológico e ir al médico a que te curen y mis temores se confirmaron.

En según que cosas iban saliendo, ella misma matizaba cosas, no era tan terrible. Pero si yo matizaba, entonces “es muy difícil hablar conmigo”. O “no se como decir las cosas para que no te molesten”. Me fastidia porque no es verdad. El trigger, desde hace ya bastantes años, tiene que ser gordo para que 'pierda el norte' delante de alguien. Y ella no es precisamente una persona que no se triggeree. Y quitando esos triggers, lo que no voy a hacer es no mostrar desacuerdo con cosas que me chirrían. Y lo hago intentando entender el punto desde donde me hablan. Y se que todo esto tiene que ser una posición complicada siendo madre. ¿Pero que hago? Yo no quiero que me busquen ni me arreglen nada. Quiero que me apoyen, o que no me apoyen. Y dejar de sentirme responsable de sus sentimientos por 'lo que soy'.

((Cuando ella ha tenido un problema con alguna cosa que se le ha atascado en lo que yo he podido ofrecer mi ayuda. En los términos que se, e intentando adaptarla. Pero no necesito que mi solución la funcione. Si ha funcionado genial! me alegro mucho. Y si no le cuadra pues genial también. Ojalá encuentres algo que si, o cuéntame porque no te cuadra y le intento dar una vuelta, pero lo que desde luego me cuido de no hacer es:

Hacerte responsable de hacerme sentir bien, agradeciéndome cosas que no te ayuden en lo más absoluto, para evitar que me sienta mal por desear que seas de otra manera, y no saber como hacerlo.))

(Intento volver. Se que esa frase no se entiende bien. Me salía de dentro y tenía como mucho sentido interno cuando se dibujó en mi cabeza. Después de cambiarle la estructura un par de veces porque no se entendía creo que se entiende aún peor, pero bueno)

Por más buena intención que pueda querer ponerle al tema, la esperanza que yo veía en ella estaba clara. La esperanza era arreglar el juguete roto. Que todo lo que veía en mi y la llevaba a sufrir por no ver 'al pájaro levantar el vuelo' tuviera solución. Una solución, por supuesto, guiada por algún tipo de experto mágico, y mucho 'trabajo' y 'esfuerzo'. Como el típico drama lacrimógeno familiar que tras muchos sacrificios consiguen 'emitir' una persona capaz de conquistar los espacios normativos y deslumbrarlos a todes. Mira! Esta persona es/era X, Y, Z, con rasgos de K y ascendencia de (simbolo de batman), y ahora, tras pasar por la cortinilla de 'Lluvia de estrellas' es CEO de la impresionante Capitalismo Producciones TM (Chaaaaan chaaaaaaan chaaaan chanaaaanchan! ... CHAN – CHAN CHAAAAAAAN). APRENDE.

Y a mi.. todo eso me da... tristeza, culpa, rabia y profundiza un desapego ya bastante crónico. Porque es: O el desapego máximo, o mutilarme. Y por suerte o por desgracia hay una parte de mi muy cabezona. Que se ha agarrado a ciertos esquemas como una lapa. Que en ocasiones ciertas rigideces me llevan por el camino de la angustia y me hacen más difícil interaccionar. Pero por otro han salvaguardado bastante mi 'autoestima'. Es en el fondo frágil y sujeta a pocas cosas tangibles. Pero me permite sobrevivir.

Aunque en realidad no he hecho gran cosa aparte de eso. Sobrevivir. Y por más que me queje, si he sobrevivido es porque he podido 'parasitar' y vivir en un sitio que no me corresponde. Fuera de esa seguridad no se donde me habría llevado esa mutilación, pero solo veo dos caminos. O hubiera sido una persona despreciable, o sencillamente, hubiera acabado en la calle, y allí probablemente, habría dejado de “ser”.

#meestoyquitandodealgo